Borrar

La irresponsabilidad, la desafección y la tontuna crónica del «sanchismo» quedaron reflejadas recientemente en el funeral del papa Francisco, con las ministras de botijo y pandereta, María Jesús Montero y Yolanda Díaz, haciéndose «selfies» tan contentas. Estas dos lumbreras sin duda confundieron tan magnas exequias con las fiestas de su pueblo. La realidad de España ahora mismo: un Estado paranormal.

Los «sanchistas» (antes republicanos, después franquistas, luego monárquicos y felipistas, ahora bolivarianos y pasado mañana de lo que venga) no conocen el miedo, pues como buenos ignorantes son atrevidos, no les importa que los pillen con las manos en la masa o destruyendo el Estado desde dentro para su propio beneficio. Ahora, casi noventa años después, quienes iniciaron la Guerra Civil están muy cerca de conseguir su sueño húmedo, tener ellos el micrófono: Españoles, la guerra ha terminado… Franco eran ellos, por eso están empeñados en destruir su legado, su figura, su hueco histórico, su descanso eterno, sus pantanos, sus carreteras, su Renfe, sus nucleares, y devolvernos a las cavernas de la inmediata postguerra. Polvo, analfabetismo, destrucción y hambre. Socialismo chotuno a todo trapo. Bienvenidos al escudo social de una sociedad esquelética y en ruinas. Unos pocos, no nos quedará otra, nos refugiaremos en la escena final de «Grand Canyon», buscando una brizna de esperanza en este mundo infeliz que ha pivotado de Aldous Huxley a Homer Simpson. Pongamos que hablamos de los José Luis Ábalos de esta España mía, esta España nuestra. De esta España rota, le faltó cantar a Evangelina Sobredo.

Y todos a una. El pasado domingo David Serrada, cabeza de los «sanchistas» salmantinos y palmero de Óscar Puente, decía en una entrevista en LA GACETA que el mantenimiento de nuestras carreteras no importa, que lo que sí importa es qué modelo de Salamanca queremos. El diputado Serrada, vallisoletano, podría empezar informándonos sobre qué Salamanca quiere él, cómo le gusta más la miseria que deja Su Sánchez aquí, sin un duro de inversión ni para parchear autovías. Diga, ¿qué miseria prefiere? Ah, perdón, no había escuchado su respuesta: la culpa la tienen los corruptos del PP. Sin duda otro licenciado en el «y tú más». Por favor, cálcese sus «Skechers», oxigénese y reflexione antes de aplaudir.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca La España paranormal