Todo va pasando...

Ya hemos entrado en la segunda mitad de este caluroso mes de agosto, el mes del calor que en otros tiempos fue el del aventamiento de la sementera. Ahora van cambiando las tornas y tan solo pensamos en la fiesta que ha pasado y cómo en torno a las festividades de la Virgen de la Asunción y San Roque tenemos que encontrar motivos y móviles para que, al menos durante unos días, podamos ahuyentar la realidad que nos rodea política y socialmente e incluso personalmente.

En fin, deseo que la fiesta haya cumplido con su tarea, con su compromiso y haya permitido que olvidemos por unas horas situaciones que no nos acaban de gustar. Y es que entre vals y pasodoble vamos descubriendo algunas informaciones que van pasando. Jueces que toman decisiones o vacaciones para dar pasos o «buscados» que ya han llegado a su destino sin mayores complicaciones. Claro, entre col y col nos seguimos preguntando: ¿Cómo es posible? Pues ya ven, en agosto todo va pasando y no pasa nada porque nos relajamos a la espera ya de la llegada del otoño.

En septiembre llegarán las ferias y fiestas de Salamanca capital que, de alguna manera, ponen el colofón al periodo festivo en la provincia dejando paso a las realidades, es decir, la vuelta al cole con los gastos que ello conlleva a tantas familias que despertarán de este letargo veraniego en el que todo va pasando y parece que no pasa nada.

Yo en esta segunda quincena de agosto me iré preparando para lo que nos espera en este complicado año porque la tormenta política que se ha levantado en Cataluña estoy seguro de que tendrá repercusiones en el resto de las comunidades autónomas. Todos están hablando ya de injusticia y ahora solo falta ver que se reinicie el periodo de sesiones en las dos cámaras para que sepamos claramente, espero, el rumbo que marcará el gobierno de Pedro Sánchez.

Ahora parece que solo importa qué familia o familiares se han aprovechado más de la posición política y es posible que lleguemos a los tiempos de Aníbal Barca para encontrar algún resquicio recriminable. Creo que los árboles, a veces, no nos dejan ver el bosque y nos desvían de lo realmente importante. Y lo realmente importante es, por ejemplo, que tenemos presupuestos generales prolongados y esto no permitirá que muchas promesas electorales se puedan cumplir. Ahora es importante saber el grado de compromiso de las instituciones superiores con tantas demandas que se están realizando desde Salamanca que, hasta el momento, no han obtenido respuesta.

Insistiremos, en Salamanca faltan inversiones comprometidas en materia de infraestructuras, algunas esperan ya más de diez años. Faltan inversiones en comunicaciones, en frecuencias por carretera y ferrocarril con Madrid principalmente pero también con el noreste y sur de la provincia. Creo firmemente que, sin este esfuerzo, no avanzaremos.