Vamos hacia atrás
Sánchez se presenta como «salvador de la Patria», rodeado de especialistas en discursos mentirosos y en negar la pésima realidad
El día en que estoy escribiendo esta columna el Tribunal Supremo ha hecho público que ha condenado al Fiscal General, tras el juicio que se ... celebró contra él por haber hecho público el procedimiento abierto por Hacienda contra Alberto González Amador, cuyo delito mayor -el que se pretendía usar- era ser el compañero sentimental de Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, a la que Pedro Sánchez ha convertido en su mayor enemiga política (y yo creo que también personal).
Como era inevitable, esa fue la noticia del día y lo seguirá siendo algunos días más.
Paralelamente a esta sentencia se están produciendo noticias judiciales gravísimas en torno a Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, y a Ábalos -que tuvo también ese cargo orgánico y fue nombrado, a la vez, ministro- y a otros tantos, todos ellos, según las informaciones de la UCO (Guardia Civil), dedicados a obtener dinero personal a través de contratos de obra pública otorgados a dedo a empresas «amigas» que les pagaban una parte de los contratos que «ellos mismos» les adjudicaban a través de instituciones públicas paganas de esas obras públicas. Chapuzas delictivas que los jueces harán pagar a estos chorizos.
Todo ello hubiera hecho dimitir a Napoleón, pero no a Sánchez, que se presenta como «salvador de la Patria», rodeado de especialistas en discursos mentirosos y en negar la pésima realidad que hoy vive nuestro país. Algunos datos:
Según el informe Foessa para Cáritas, en 2024 había en España 4,3 millones de personas en riesgo de exclusión, un 50% superior al de 2007.
Hay variables para explicar la exclusión social, la principal el nivel de estudios. Pero la nueva variable que determina la exclusión en España es la nacionalidad. El riesgo de exclusión de los españoles y de los residentes nacidos en la UE 15, es decir, los países ricos europeos, baja al 6%. El riesgo en la comunidad gitana es del 50%, y es similar al de 2018. El de los inmigrantes latinoamericanos es del 23% y es dos puntos superior al de 2018. Y en el caso de los africanos el riesgo es del 30%, cinco veces superior al de los españoles, aunque la buena noticia es que se ha reducido 24 puntos desde 2018 lo cual indica que muchos inmigrantes africanos se están integrando y han salido de la exclusión.
En fin, nos falta mucho por hacer y este Gobierno no está en condiciones de abordarlo. Creo que lo mejor es que deje de aferrarse al mando y deje paso a otros, que ya les toca.
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