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Opinión

Ojo con el dinero

Todas estas presiones internas desaparecerán si Salvador Illa no llega a la presidencia de Cataluña

Domingo, 23 de junio 2024, 05:30

El miércoles 19 de junio de 2024 se celebró el décimo aniversario de la llegada de Felipe VI a la Jefatura del Estado y, con esa ocasión, tanto el rey como la Monarquía recibieron el apoyo de casi todos los representantes políticos, de los medios y del pueblo. Pero los amigos de Sánchez no se sumaron al homenaje. Así, Sumar, que forma parte del Gobierno de España dijo que «trabaja» para que «Felipe VI sea el último rey de España» y que el décimo aniversario de su proclamación no es un día en el que haya «nada que celebrar ni nada que agradecer».

Una discrepancia incomprensible en cualquier sistema democrático, pero las discrepancias de verdad le vendrán a Sánchez a través del dinero. Veamos. Nos encontramos ahora con la financiación singular que prepara Sánchez para darle más dinero al Gobierno catalán y varias federaciones del PSOE como la andaluza, que es la que más afiliados aporta al partido, la de Castilla y León o la Comunidad Valenciana -de las más perjudicadas por el sistema de reparto de los fondos autonómicos- han elevado su voz en contra de esa singularidad.

Quien más está alzando la voz es el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, quien recordó que «el remate es renegar de la esencia de la izquierda y dejar la igualdad de derechos para que cada territorio haga de su capa un sayo». Y recordó que la política fiscal de la formación en la que milita desde los 16 años ha sido siempre la de apostar por una «tributación progresiva, que pague más el que más tiene».

Y también en Andalucía los socialistas parecen dispuestos a permanecer en silencio: «Lo puedo decir más alto, pero no con más claridad: el PSOE de Andalucía no va a aceptar ningún sistema de financiación que perjudique a los andaluces y que no se reconozca la primera o como más la propia singularidad de nuestra tierra. Y de ahí no nos vamos a mover».

Esto lo ha dicho José Aurelio Aguilar, portavoz adjunto de la Comisión Ejecutiva Regional andaluza.

También en Extremadura se han alzado voces, advirtiendo que no van a permitir chantajes por parte de ninguna región ni que el sistema de reparto entre comunidades «se utilice como moneda de cambio en las negociaciones que se emprendan en los territorios». Claro que todas estas presiones internas desaparecerán si Salvador Illa no llega a la presidencia de Cataluña y van allí a unas nuevas elecciones que se celebrarían en octubre de 2024. A no ser que, pase lo que pase en el Parlamento Catalán, ERC y Puigdemont sigan agarrando con fuerza a Sánchez por sus partes blandas.

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