Borrar

Tíos cerdos

Lunes, 23 de junio 2025, 05:30

¡Tíos cerdos!, y con solo dos palabras ya está todo dicho. Porque hay ciertas golferías masculinas que el género femenino juzga siempre del mismo modo, sea cual sea su ideología política. Dos palabras que se vienen a la boca en todo foro cada vez que sale a colación o se aparece en pantalla noticiera la terna putañera socialista: Koldo, Ábalos y Cerdán. ¡Tíos cerdos! Dos palabras que salen a bocajarro y de cuajo solo con verle el rostro a cualquiera de esos tres barrigones 'ropasuelta' que han robado a España y a los españoles, para vaciar parte del botín por la entrepierna, como una válvula de escape al gran esfuerzo que debía suponerles el ejercicio de sus cargos.

Tres tíos cerdos y decenas de conversaciones cochinas que se han vuelto chismorreo y reproche de asco en toda parte. Porque los oídos estallan ante tanta palabra nefanda, ante tanto desprecio a las mujeres, ante tanta vulgaridad de burdel, ante tanta golfería machista en una sociedad que supuestamente se declara en respeto e igualdad, aunque secretamente siga aliviando sus ansiones carnales con unas y otras, además de con dinero público.

No es fácil escuchar los audios sin sentir indignación y repugnancia. Ni en la literatura más prostibularia de aquel Siglo de Oro tan universal y nuestro pueden encontrarse varones con expresiones tan ordinarias y groseras para con las chicas que calentaban sus camas. Y eso que por entonces lo del 'ayuntamiento carnal o folgar' -que así se llamaba a la coyunda- era cosa de natural costumbre y de la que no se privaban toda clase de hombres. Daba igual que fuera caballero rico, sacristán, criado, maestro o estudiante capigorrón.

Me he tirado de cabeza a la picaresca más salmantina de mi biblioteca por buscar en los libros las conversaciones de toda aquella bigornia de machos encabritados que frecuentaron las casas de mancebía para disfrutar de las pupilas de hace cinco siglos. He puesto la oreja en los encuentros más picantes del arrabal de la vieja Celestina. Me he colado en lo más indecoroso de los amancebamientos lopescos y cervantinos. He espiado a fulanos y menganos verriondos tramando concúbitos con damas regalonas y sobrinas ventaneras... y, les aseguro, que no he encontrado a ninguno tan sinvergüenza y descortés para con sus chicas como estos tíos cerdos -repito, Koldo, Ábalos y Cerdán- que han ensuciado con su depravada y enferma lengua la dignidad de la mujer. Ya lo de menos son los desfalcos, los sobornos, las corruptelas... Lo que me indigna es saber que buena parte de nuestros impuestos se destinan a alimentar puercos y subidones de testosterona.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Tíos cerdos