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A ver, vamos un poco con lo que ha pasado. Resulta que el Barça no cumplía con las normas financieras de La Liga, normas que se aplican por igual a todos los clubes, y que muchos ya han tenido que sufrir. El caso es que Laporta y compañía, tenían hasta el día 31 de diciembre para justificar que ya sí, que ya habían conseguido cuadrar sus cuentas, y que Olmo y Pau Víctor ya podían seguir jugando en el Camp Nou, uy, perdón, de eso todavía no se sabe cuándo.
¿Lo primero que hacen? Pasar de La Liga y pedir la ficha a la Federación, a ver si papá y mamá se pelean y así salen ellos ganando, pero claro, resulta que ahora papá es otro, papá ya no es el señor piquitos que hacía esos negocios dudosos con entorno culé (Piqué concretamente), ni tampoco es aquel señor que daba palmaditas a Negreira.
Ahora papá te ha dicho que no, que apoya a mamá, que quieren tener un matrimonio duradero. ¿Presentan la documentación el día 31? No, qué va.
Lo hacen el día 3, porque claro, es que los bancos estaban cerrados. Esto suena a el perro se me ha comido los deberes. Imagina tú que llegas a Hacienda y le dices que claro, no puedes pagar porque la temporada de naranjas ha sido mala, o porque los lunes tienes partido de pádel, o porque los días impares te da mala suerte pagar…
Y no cuela, entre La Liga y la Federación no cuela, hay unas normas que no se han cumplido y tiene consecuencias. Lógico ¿no?
Pues llega Laporta, se chiva al Gobierno (el CSD depende del Gobierno, no te olvides) y más rápido que inmediatamente ya lo tiene resuelto. Qué casualidad.
No olvidemos que el Barça está total y absolutamente alineado con el independentismo catalán. El Barça es un elemento de visibilidad y prestigio para este grupo y tienen que cuidarlo y devolverle los favores prestados.
¿Y de quién depende el sillón de Pedro Sánchez? De estos independentistas catalanes. Nada más que decir señoría.
No es la primera vez que el Barça juega con cartas marcadas eh, recuerda los dos partidos de sanción del Camp Nou (ahí sí) por tirar una cabeza de cochinillo a Figo que nunca se cumplieron, o la sanción de un año sin la Copa del Rey por negarse a jugar una semifinal por tener varios lesionados… Caso aparte es el tema de las palancas que colaron el año pasado con supuesto dinero que jamás llegó.
El brazo de Sánchez es alargado, pero también lo son los de los independentistas que tienen trincado al presidente por ahí mismo. Y se nota.
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