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Habla la leyenda de una pobre mujer que sufría un agudo caso de mutismo selectivo (vamos que se callaba cuando a ella le daba la gana). Esta mujer era pobre por el trato injusto que recibe, no porque no tenga nada que comer, que ponerse, donde ir… Y sufría, mucho, pero mucho eh, porque había un grupo de malvados llamados periodistas o jueces, o miembros de partidos que no eran el de su marido, o gente del pueblo en general… que no hacían más que preguntarle cosas feas, que le pedían que explicara cómo había influido en la concesión de rescates a empresas que patrocinaban sus negocios, cómo se había apropiado de algo (un software) que habíamos pagado todos, cómo dirigía un máster en el que ella no podría ser alumna. ¿Ves las cosas tan feas e injustas que le preguntaban?
Porque mira, no es que ayer Begoña, otra vez, decidiera no decir nada, no. Sí que dijo algo, lo que dijo es que todo eran bulos, todo eran mentiras y que, por temas políticos, se la estaba atacando a ella que había conseguido su trabajo con mucho esfuerzo.
¿Explicaciones? Ninguna ¿Ataques? Todos los que puede. Vamos que sólo les falta hacerle vudú al juez Peinado, viendo que todo lo demás ha fallado.
No nos engañemos, Begoña no es una ciudadana más, no lo es. Si yo tengo un problema no creo que venga la Fiscalía General del Estado a defenderme (por cierto, un fiscal general del Estado imputado y que sigue en su defensa de Begoña), no creo que pueda decirle al juez que es que tengo un evento y no puedo ir a declarar (aunque sea la cumbre del G20). Vamos, yo no lo creo y tú tampoco. A ver, a mí también alguna vez me han acusado de algo que no he hecho, creo que nos puede pasar a todos. Pero, en ese momento, lo primero que he pedido, lo que más quería, era que me permitieran explicarme y dejar claro lo que había pasado, lo que yo había hecho.
Pues no, Begoña no, Begoña se queda muda. Va dejando pasar oportunidades para explicar qué es lo que había pasado. Se va viendo cercada por personajes como Delcy, Koldo, Aldama, Ábalos… Y ella sigue sin decir ni mu. ¿Por qué tanto silencio? ¿Por qué ese afán de no dar explicaciones? ¿Por qué no ejercer esa transparencia de la que presume, que no practica, su marido?
Dicen que la verdad te hará libre, la duda es ¿No contar la verdad puede tener la consecuencia de que Begoña deje de ser libre? No lo sé, estaremos atentos al próximo capítulo.
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