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El hombre de luz

El papa ha vuelto a la vida para terminar una obra, como Jesucristo, aunque su puesto sea el de San Pedro

Lunes, 21 de abril 2025, 06:00

No hay mal que por bien no venga. Un refrán casi tan antiguo como la era cristiana. Se discute el año de nacimiento de Jesús, pero la fijación del tiempo a partir de ese momento es irrevocable, irreversible. Es el centro del tiempo en el mundo occidental. Jesucristo es probablemente el personaje histórico más importante, mal que le pese a esos otros que han querido, pretenden o se sienten semidioses, en cualquier actividad de la vida pública o publicada, que lo mismo da. Seres que jamás lograrán derribar tantos muros, ni conseguir tantas adhesiones. Ni siquiera hay quien le pueda emular en las redes sociales. Eso sí que es una victoria. Casi como otra resurrección.

Siempre me apasionó la figura de ese hombre que fue Dios y Espíritu. Que arrastró sin voces a las masas -salvo en aquel pasaje del templo con los mercaderes-, con el único fin de trasladar una filosofía de vida que buscaba hacer el bien siempre y a todos, amigos y enemigos. No cabe duda de que, en esa discusión igualmente tan antigua sobre la pérdida de valores, nos falta un Cristo resucitado, un hombre bueno, profundo, cargado de amor. En esa figura mitad hombre, mitad deidad, había un poco de todo lo mejor del saber de los filósofos: la capacidad de entender a los demás, la escucha a quien sufre y te cuenta, la reflexión como modo de vida, la energía vital, la capacidad de sufrimiento y resurgimiento como ejemplo universal.

Ya sé que no es original encumbrarle como gran líder, pero no me digan que no sería extraordinario tenerlo de jefe de la tribu, de presidente de cualquier nación; o de todas. Siquiera de amigo. Siempre con un halo de paz a su alrededor, sin ira, sin desprecios, sin descortesías. Un ser humano en su máxima expresión. El hombre de luz.

La recuperación del papa Francisco ha de hacer reflexionar a los que se sienten Iglesia. Ha vuelto a la vida para terminar una obra, como Jesucristo, aunque su puesto sea el de San Pedro. Francisco está haciendo una reverberación de la iglesia católica que viene a sincronizarla con los tiempos. Nada menos que en Instagram, unas monjas de León andan haciendo reels para atraer a jóvenes a la vida monacal. Este Papa representa una institución de paz que acompaña y quiere mejorar, algo que ayuda a ver la importancia que ha tenido en el desarrollo del mundo occidental tal y como lo conocemos. Historias lúgubres y perversas acompañan a la humanidad desde que el mundo es mundo. Aun así, apelamos a los grandes hombres -y mujeres- que nos regalaron sus logros, dejando al lado la barbarie que el propio hombre sigue provocando en buena parte del planeta. Por eso, aunque la lluvia, este año también, nos haya dejado sin sacar el paso procesional de nuestra pasión por las calles de la ciudad, veamos señales de luz que iluminen a quienes dirigen nuestros designios.

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