El fútbol es así
Lovato compró algún tipo de oportunidad de hacer negocios con el club. Luego, se vino a entrever que era para lavar los suyos
La UDS fue un club de prestigio. Grandes jugadores y técnicos querían venir y vinieron. Tenía esa vitola de matagigantes. Proponía y se proponía como un proyecto de interés de cara a un futuro que nunca llegó. Me recuerda a lo que ocurrió con el Villarreal, solo que en su caso lo adquirió un empresario local que realmente quería hacerlo crecer, y ahí radica la enorme diferencia: un proyecto grande, social y que representase a una ciudad y sus gentes. En nuestro caso, la Unión era un lastre para sus gestores, por cómo se lo quitaron de en medio a la primera oportunidad. Otros muchos clubes también lo hicieron. Más allá del resultado, estudiaron en profundidad a los siguientes propietarios, como ejemplo de que había un sentimiento de pertenencia, aunque quisieran desprenderse de la presión social y mediática. Fue así como apareció en nuestras vidas el señor Manuel Lovato.
Ya que hablamos de un juego, les propongo otro. Si tienen redes sociales, hagan una búsqueda de sí mismos en cualquier navegador. Después, hagan lo propio con algún personaje conocido o famoso, verán los resultados. Es increíble ver cómo estamos monitorizados. Ahora, repitan la acción con Manuel Lovato, presidente del Salamanca CF UDS, que ya va en la propia denominación del club el engendro en que se ha convertido. Ya les digo yo que no encontrarán nada. Ese y así es el dueño del otrora prestigioso club salmantino, aunque fuera de los llamados «ascensor» por estar siempre entre la Primera y la Segunda divisiones de entonces. Nada que ver con las Primera y Segunda RFEF de ahora. Años luz. Se suponía que Lovato compró algún tipo de oportunidad de hacer negocios con el club. Luego, se vino a entrever que era para lavar los suyos, resultando al final que ni una cosa, ni la otra.
Cientos y cientos de personas han luchado por dignificar un deporte que ha tendido a ser a veces el escaparate de lo peor de la sociedad: violencia, presiones descomunales, falta de rigor en la gestión, deudas y más deudas, desaparición de los gestores sin mayor responsabilidad. Parecíamos estar en otra época, pero el tal Lovato nos ha retrotraído. Este tipo esquiva, sórdido, hosco, que utiliza un testaferro llamado Rafael Dueñas que es gerente, director general o deportivo, según cuadre; y segundo entrenador o primero, a discreción. Vamos, una tomadura de pelo para quienes aman a esos colores, que no son pocos, a pesar de todo. El modelo que les rige es aquel antiguo del todo vale o del fútbol es así. No pagar nada ni a nadie, no cumplir las normas, no invertir ni lo mínimo en unas instalaciones que utilizan de aquella manera. Total, todo oscuro, opaco y sin ningún objetivo. Nos harían un favor marchándose a otro lugar, donde no dañen de tal manera no solo esos sentimientos, sino también el nombre de la ciudad a la que tristemente representan.
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