Borrar

Buenos ejemplos

No puedo evitar preguntarme por qué no aprendemos la lección de lo fuertes, resolutivos y capaces que somos cuando nos unimos

Lunes, 30 de diciembre 2024, 05:30

Cada comienzo de año, los buenos propósitos se renuevan. Muchos de ellos repetidos, porque suelen ser cosas que hemos intentado en otros momentos, con suerte dispar. Esos propósitos vienen a remediar situaciones que o no nos gustan, o que nos generan un grado de satisfacción bajo. El año que se va vuelve a dejarnos imágenes monstruosas. Cuando llegan de países lejanos, nos afectan en la medida en que sea más o menos fina la piel de nuestra conciencia social. 2024 ha terminado con pueblos de Valencia arrasados por la dana. Ante tales acontecimientos, no puedo evitar preguntarme por qué no aprendemos la lección de lo fuertes, resolutivos y capaces que somos cuando nos unimos. Aparece entonces la solidaridad y conseguimos resultados extraordinarios que, además de hacer más cierto resolver los problemas, hace que nos sintamos orgullosos. Sin embargo, en cuanto se restablece una mínima habitualidad, volvemos a las trincheras cotidianas: el mayor de los desastres, por ser aparentemente irresoluble.

La lucha contra la droga bien podría ser un ejemplo de colaboración. De ese gran asunto global, he tenido la oportunidad de charlar con Yesid Reyes Alvarado, ministro de Justicia y Derecho de Colombia, entre 2014 y 2016, que ha visitado Salamanca, con motivo de las fiestas navideñas. Reyes es uno de los criminalistas más reputados y gran conocedor del negocio de la cocaína. Desde su atalaya en la Universidad de Externado, con la experiencia acumulada y su amplia trayectoria como penalista, sigue con atención lo que ocurre con la plantación de la hoja de coca en su país, que continúa siendo la forma de vida de muchos campesinos colombianos. Con ello, se aseguran el sesenta por ciento de sus ingresos mensuales. Después de muchos intentos por parte del gobierno de Colombia de conseguir evitar ese tipo de cultivo, redirigiendo a los campesinos hacia otros legales e incluso más rentables, resulta que los de coca siguen creciendo. A base de estudiar todos los pasos dados hasta ahora, está cada vez más convencido de que la falta de acuerdos entre países es el principal de los problemas. Del mismo modo, considera la colaboración entre instituciones de todo tipo, desde esos gobiernos hasta la propia universidad, el único método para acabar con semejante lacra social, uniendo a la toma de decisiones el estudio profundo de la situación desde el ámbito académico. Durante su estancia en Salamanca, fuerzas y cuerpos policiales han asestado varios golpes a las mafias de la droga. El último, precisamente a la cocaína, a manos de la Guardia Civil y la Ertzaintza: un buen ejemplo de trabajo conjunto que estaría en la línea de ese cambio de tendencia que el Jefe del Estado, en su discurso de Nochebuena, pidió a la clase política. ¿Tomarán nota o será otro año de bronca constante? Se admiten apuestas.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Buenos ejemplos