¡Bah! No me lo puedo creer. Tiene que ser una exageración. Eso de que Red Eléctrica, la compañía encargada de garantizarnos la luz, haya alertado al Gobierno y a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de variaciones bruscas de tensión en el sistema eléctrico debe de ser una broma. En resumen, que puede haber otro apagón. Me parece el colmo de la desfachatez que los encargados de que, cuando demos al interruptor, se encienda la luz o de que funcione el ordenador, nos digan que no saben si habrá otro apagón, o no. Suma y sigue: a fecha de hoy nadie ha asumido responsabilidad por lo que sucedió a finales de abril, ni en la empresa presidida por la ex ministra de Rodríguez Zapatero, Beatriz Corredor, ni en el Ministerio para la Transición Ecológica, que es el departamento que lleva la cosa energética. ¿Quizás es que no hubo tal apagón? Ya es que me entran dudas sobre si llegó a suceder, o no.
Sigo con el repaso de algunas noticias de las últimas horas. «Necesito pulseras para la puta»: es el título del nuevo episodio en el culebrón, o no sé cómo denominarlo, que tiene como protagonistas principales a Koldo y Ábalos. En este caso la realidad termina superando a la ficción. Si se hubiese reflejado lo que vamos conociendo en una película, habríamos dicho que era pura ficción. Pero no. Las grabaciones demuestran que sucedió. Y, por lo que se sabe, no debía haber solo una «puta». Suma y sigue, porque los anteriores están implicados presuntamente en un presunto caso de financiación irregular del PSOE en el que los sobres con billetes iban y venían. Y ahí se añade otro protagonista principal: Santos Cerdán. Y vamos a ver si recapitulamos: Koldo era el hombre de confianza de Ábalos, que a su vez en aquellos tiempos era el hombre de confianza de Sánchez, tanto en el PSOE como en el Gobierno. Pero es que después heredó ese trono en el partido y en el pódium de la confianza del marido de Begoña, Santos Cerdán. Y resulta que, en el colmo de la desfachatez, Pedro Sánchez, no se enteró de lo que estaba sucediendo. ¿Acaso resulta creíble?
Por lo que me cuentan desde instancias judiciales, el goteo de noticias en este caso, o casos entendidos en sentido amplio, va a continuar en los próximos meses. Los más exagerados insisten en que Sánchez no se toma el turrón en La Moncloa. Luego está lo de su entorno familiar, tanto en lo que respecta a su mujer como a su hermano. En el colmo de la desfachatez Sánchez sostiene que se trata de operaciones políticas contra él y su Gobierno. Y así nos encontramos, mientras desde la cúpula de la asociación que agrupa a las empresas familiares sostienen que «España está bloqueada». A lo que yo añado que el Gobierno no gobierna. Por mucho menos que todo lo relatado anteriormente, en los países de la UE de nuestro entorno, un gobernante así ya habría dimitido. Pero Sánchez es eso, el colmo de la desfachatez.