Bon Nadal
Si ya era crítico con la elección de Alberto Nadal como gurú económico y sostenible, ahora lo soy todavía más
Pido perdón por felicitar la Navidad con cinco meses de antelación y, además, hacerlo en catalán. Pero es que me viene bien por aquello de relacionarlo con Alberto Nadal, el «gurú» económico y sostenible que se ha buscado el otro Alberto del PP, es decir, Feijóo. Por raro que parezca me encuentro rodeado y metido de lleno en el ambiente navideño, porque, confieso mi pecado: haber comprado los primeros décimos de la Lotería de Navidad. Ha sido en Barcelona esta semana y el sello de la administración tenía por detrás lo de «Bon Nadal». Si ya era crítico con la elección de Alberto Nadal, el menos peor de los dos hermanos malasombra, como gurú económico y sostenible por parte del líder popular antes del estallido del «Caso Montoro», ahora lo soy todavía más. Y es que ese Nadal fue secretario de Estado de Energía y resulta que los asuntos turbios de la empresa Equipo Económico que fundó «cristobita», aunque luego se desvinculase, y que ha destapado un juez de Tarragona, tuvieron como protagonistas iniciales a una serie de empresas gasistas y relacionadas con el mundo de la energía. Puede ser que Alberto Nadal no participase, pero estaba justo ahí en ese puesto y ese momento. Después se fue a la vera de Cristóbal Montoro como secretario de estado de Presupuestos para seguir «sangrándonos». En resumidas cuentas, que fue un «cristobita» hasta la médula y eso no se puede borrar, se pongan como se pongan en Génova. Como tampoco se pueden olvidar, ni borrar, las subidas de impuestos cuando habían prometido bajarlos y que el ministro de Hacienda saliese por la tele anunciando el «impuestazo» mientras se reía; además, desde entonces nadie con responsabilidad en el PP ha pedido perón por ello.
Y del otro lado, desde el Partido Sanchista, ¿qué más se puede añadir que no se haya dicho ya? Toca esperar que los jueces continúen avanzando en el asunto de la corrupción y del caso Koldo, Ábalos, Cerdán, que son en definitiva el Caso Sánchez. Pero, mientras tanto, el Gobierno no gobierna. Ha acabado el curso político con una serie de derrotas en toda regla; vamos, con un suspenso general o con un «muy deficiente»: fracasos en el Congreso, nula actividad legislativa, la coalición gubernamental que ha saltado por los aires en varias ocasiones o el caos entre los que apoyan al actual Ejecutivo, que no son precisamente lo mejor de cada casa para los intereses de España en su conjunto. Y ahí sigue el marido de Begoña y el hermano de su hermano, que emigra a Japón. Por cierto, que estamos con unos Presupuestos Generales de Estado que se han prorrogado en varias ocasiones y que probablemente se aplicarán también en 2026, porque no hay previsión de que se vaya a presentar un proyecto nuevo. En esto de los presupuestos, «cristobita» y su Alberto Nadal, sí fueron más diligentes y los presentaron casi todos, aunque nos supusieron a los contribuyentes unos rejonazos de padre y señor mío. En resumidas cuentas, termina un curso político nefasto. A pesar de ello, y con cinco meses de antelación, «Bon Nadal» y feliz Día de los Abuelos mañana.