Borrar
Opinión

Modernos a ratos

Me sorprende que tengamos chiringuitos de todo, menos para la salud mental. Lo mismo es que este problema no es progresista

Jueves, 22 de agosto 2024, 06:00

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Opciones para compartir

La moda es ahora visibilizar y dar normalidad a todo tipo de temas que antes eran tabú o que teníamos guardados en un cajón y no se hablaba de ellos. El 'moderneo' es tal, que un agente de la Ertzaintza, que intentó agredir a su mujer con un cuchillo, se había cambiado de sexo en el registro meses antes y ahora tendrá un tratamiento judicial diferente. Pues en esta sociedad que va a la última en todo, todavía hay algunos pensamientos del S.XIX. Estoy hablando del estigma de la salud mental.

Es una de las graves epidemias de nuestro tiempo, pero me da que como no tiene una politización clara, no hay mucha prisa por abordar este problemón que tenemos como civilización.

Es de cajón. Si hemos elevado la velocidad de nuestro día a día de 100 a 160 km/h y vamos volando a todos lados y no da tiempo de nada, lo lógico es que nuestro motor mental salte por los aires y explotemos.

Prueben a ir con el coche revolucionado siempre con la tercera marcha metida a 120 km/h. Más tarde o más temprano estará en el arcén, con el capó levantado y esperando a una grúa. Pues esto es lo que está sucediendo con la salud mental, con la diferencia de que ir al taller está bien visto, pero ir a psicólogos o psiquiatras es todavía motivo de cuchicheo entre vecinos o cotillas varios. Es cierto que se ha avanzado en este asunto, pero todavía estamos a años luz de que ir a una consulta de psicología o psiquiatría sea el equivalente a ir al fisio o al traumatólogo.

El último informe sobre incapacidad temporal en Castilla y León refleja que en Salamanca la tercera causa más común de las bajas laborales es la ansiedad, solo superada por dolores de espalda y gastroenteritis. Las bajas por depresión, estrés y demás afectaron a casi 16.000 habitantes de Castilla y León y suelen convertirse en las incapacidades laborales más largas: más de 85 días de media.

Como en todo ámbito médico y relacionado con la salud, la prevención es la mejor arma, pero si en la salud mental ya hay miedo y vergüenza de acudir a un especialista cuando hay un problema, como para poner en marcha planes de concienciación. Si acariciamos la calculadora vemos que prevenir es curar y ahorrar. Esos casi tres meses de media de baja suponen un problema, primero, para el paciente y después para las empresas y el sistema. Reduciendo esas estadísticas, la población sufrirá menos y la economía se resentirá menos.

Es clave que afrontemos que hay que combatir esta epidemia de cara. Nada de escondernos ni de tapar nada. Así evitaríamos muchos problemas y males mayores que por desgracia abundan en nuestro día a día.

Otra de las claves que se pueden percibir en nuestro entorno es la normalización del problema. Eso de que a esta vida se viene a sufrir debe ser hasta cierto punto. No hay que sentarse en el diván arrastrándose cuando ya uno no puede más, sino que debe ser responsable y ver que hay síntomas que le están dando las luces de advertencia de que debe parar y verbalizar esa lucha interior que tiene.

Pero insisto. Me sorprende que tengamos chiringuitos institucionales de todo que no sirven para nada y para lo que de verdad es importante para la gente no haya voluntad política más que una foto o un titular en prensa que se queda en nada. Lo mismo es que la salud mental no es progresista.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios