El día del rencor
Quieren cambiar la fiesta nacional al 15-M. No sé qué van a conmemorar, si hasta que llegaron ellos todo estaba mal
Las tradiciones son las tradiciones. Hay que respetarlas y ser pulcro cada año para que generación tras generación se vaya transmitiendo el mensaje. Hemos celebrado el 12 de octubre el Día de la Hispanidad y fiesta nacional. ¿Y cómo lo hemos hecho? Pues como mejor sabemos hacerlo: renegando de la bandera, fustigándonos por nuestro pasado y abucheando al presidente en el desfile. Esto último es lo único decente que solemos hacer en los últimos años. Siempre quedan héroes que no se rinden.
Este día, que debería ser un festivo pleno para este maravilloso país, se ha convertido en el día del rencor. Todo se debe a un pasado no cicatrizado. Lo de la bandera ya es un tema que aburre. En su momento Franco la utilizó como símbolo y se apropió de ella para su nacionalismo, al igual que en su ideario tiró de un pasado glorioso para reforzar el mensaje.
Vamos a superar aquello, que no podemos afrontar el S. XXI con garantías si todavía no hemos masticado el S. XX. La bandera es de todos y en el día de la fiesta nacional debería haber una en cada balcón. Miren los norteamericanos. Trump y Harris son la antítesis de todo, pero cuando suena el himno o izan la bandera se quedan petrificados en señal de respeto. Eso sí, en cuanto se acaba el himno, a darse mandobles políticos sin descanso. Pues eso mismo debemos hacer aquí. Lo que no es de recibo es que Podemos, Gabriel Rufián y compañía nos hagan sentir mal por haber nacido en España y por celebrar nuestro día. Quieren cambiar la fiesta nacional del 12 de octubre por el 15-M. Pero el caso es que no sé qué van a conmemorar, ya que hasta que llegaron ellos a enseñarnos como vivir todo estaba mal. La historia de España, según ellos, empieza el 15-M en la puerta del Sol. Lo que sucedió antes fue todo genocidio, barbarie y facherío. Vamos, 20 siglos tirados a la basura.
Lo de azotarnos por nuestro pasado como nación es otro tema recurrente cada 12 de octubre y también está algo manido. Solo una muestra. Hay dos opciones de afrontar este día desde el punto de vista histórico. Por un lado, está Javier Milei, presidente de Argentina, que a través de un vídeo de su Gobierno ha señalado que el viaje de Colón «abrió una nueva era de progreso y civilización en el Nuevo Mundo» que «sentó las bases de la modernidad en América, marcando una influencia cultural, lingüística y económica que ha moldeado nuestra historia e identidad». En el otro lado de la moneda está Nicolás Maduro, autoproclamado tras un fraude electoral presidente de Venezuela. Ha cargado contra Milei. «Es un relato falso del pasado para imponer un proyecto fascista que niega los derechos del pueblo y su independencia. Hace 532 años no hubo civilización, sino invasión y genocidio», ha rebuznado.
La tercera liturgia de este 12 de octubre, la de abuchear al presidente del Gobierno, me parece bien como libertad de expresión. No obstante, si algunos no leen y dan luz verde al proyecto de ley que incluye una enmienda que beneficia a más de 40 presos de ETA, Pedro Sánchez puede estar décadas como presidente en esos desfiles. PP y Vox han metido la pata hasta el fondo con este asunto. No se trata de exagerar el grave error que han cometido, pero es que más que el hecho en cuestión, el resbalón lanza un mensaje de oposición dormida y resignada. Soy el primero en linchar periodísticamente la gestión de Pedro Sánchez, pero si el peor presidente de la historia sigue asistiendo a los desfiles es que la oposición muy bien no está. Algo mal también estarán haciendo PP y Vox. Como sigamos así, beberemos calimocho el 15-M y el 12-O será lectivo.