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Opinión

Adiós a la pereza deportiva

Combatir esa pereza puede ser un avance de la humanidad al nivel de la rueda, el fuego, Netflix o las freidoras de aire

Lunes, 2 de septiembre 2024, 06:00

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El Hospital de Salamanca ha participado en el estudio que ha identificado el 'interruptor de las ganas de hacer ejercicio'. El hallazgo de este trabajo viene a confirmar que existen proteínas que actúan sobre la corteza cerebral y funcionan como una señal para potenciar la actividad motora. Yo a este trabajo le veo multitud de posibilidades en el futuro. Combatir esa pereza puede ser un avance de la humanidad al nivel de la rueda, el fuego, la imprenta, la electricidad, Netflix o las freidoras de aire.

La pereza es uno de los siete pecados capitales, pero en el caso de hacer ejercicio se convierte en uno de los más contagiosos de la faz de la tierra. Es una 'droga' de lo más saludable y es que la actividad física puede ayudarte a aumentar la producción de los neurotransmisores del cerebro que nos hacen sentir bien, denominados endorfinas.

Todo son ventajas. Además de hacerte sentir bien, bajas peso, previenes enfermedades, duermes mejor y te levantas (exceptuando las primeras semanas por aquello de las agujetas) con una energía extra del tipo 'hoy va a ser un gran día hasta que venga algún iluminado y me lo fastidie'. Entonces, ¿qué nos impide hacer ejercicio físico más de forma más regular? Pues, la verdad, no lo sé. Yo soy de los intermitentes e irregulares a los que la ilusión del inicio se les evapora con bastante facilidad. Hay épocas en las que voy al gimnasio o salgo a andar y otras etapas en las que me quedo atrapado en la espiral de sedentarismo del sofá (otra droga, pero esta con efectos bastante negativos para la salud). Sí, desde esta columna critico muchas cosas y a muchos personajes, pero, en ocasiones, hay que reconocer que para algunos aspectos no soy ejemplo de nada y menos todavía en esto del deporte.

Mi 'pereza deportiva' existe. Más que un entrenador personal, lo que necesito es a uno de esos sargentos del cuerpo de marines que me chille a golpe de silbato y que me obligue a hacer deporte todos los días.

Admiro a las personas saludables que hacen ejercicio casi a diario. Me dan mucha envidia sana, pero en especial siento devoción por aquellos que no están en forma e intentan superarse aunque estén al borde del KO.

¿Se imaginan si el estudio da con la tecla y nos ponemos todos a hacer ejercicio? Los gimnasios frotándose las manos, los ayuntamientos anunciando ampliaciones de carriles bici (que pasarían a ser pequeñas autovías), la gente de mejor humor, autoestimas por las nubes, menos consultas y fármacos, más efectivos sanitarios para otro tipo de enfermedades que no sean relacionadas con el sedentarismo... Eso sí, habría más lesiones y traumatólogos y fisioterapeutas no creerían lo que ven sus ojos: legiones de 'deportistas' por las calles haciendo paradas en 'boxes' en sus consultas.

Tampoco nos vengamos arriba que siempre habrá algunos en ese idílico mundo sin pereza deportiva que seguirá siendo un tonto a las tres. Hacer deporte es muy bueno, pero tampoco hace milagros.

Seguiré muy atento los avances de este estudio en el que está participando el Complejo Asistencial de Salamanca y haré mi enésimo intento de ser un fijo en el gimnasio. Lo de fracasar en el hábito del deporte es una máxima, pero el mérito está en no tirar la toalla y volver a intentarlo hasta que terminen de una vez con la 'pereza deportiva'.

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