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Entre la garlopa y la farlopa

Lunes, 16 de diciembre 2019, 04:00

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Era más o menos por estas fechas allá por el año cero de nuestra era, cuando el bueno de San José le daba a la ... garlopa en su humilde carpintería. Han pasado los años y la garlopa pasa muy desapercibida, Ikea le ha hecho mucho daño. Bromas aparte, hemos de profundizar un poco en el tema y tomar conciencia del estado de confusión en el que nos movemos. Cada día es más fácil confundir churras con merinas, la gimnasia con la magnesia o el culo con las témporas y, por supuesto, tristemente la farlopa con la garlopa. En ese estado de confusión no es de extrañar que los jóvenes confundiesen la puerta de la Iglesia de San Martín con los urinarios públicos y, como hay un estado de igualdad, también a la hora de perder el pudor, la estética y la dignidad, algunas féminas hicieron lo propio uniéndose a la confusión de los machos alfa y no dudaron en bajarse las bragas en plena vía pública, concretamente en los soportales de la plaza junto al mercado central, para liberar los líquidos que oprimían sus vejigas. No fueron los únicos espacios usados a modo de mingitorio: la calle Correhuela, la calle Ancha, la Iglesia de la Purísima,... y un largo desfile de lugares utilizados para dichos fines.

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