En la lengua de Cervantes
Miércoles, 30 de septiembre 2020, 05:00
El Tribunal Supremo tenía que rechazar el recurso de Torra contra su inhabilitación. Para cualquier jurista, e incluso cualquier persona con sentido común, la cuestión ... era de una claridad meridiana. El Ponente ha sido Juan Ramón Berdugo Gómez de la Torre (hermano de Ignacio, ex Rector de la USAL), y el fallo unánime. En sus 133 páginas emplean un castellano excelente, como cuando tratan de su contumacia, es decir, la terquedad, la obstinación de Torra, el porfiado separatista con su raca-raca. O sea, que emplean lo que su condenado llamó en su día “la lengua de las bestias” (en artículo denunciado por esa guapa Inés, de Salmoral, arrimada hoy al sanchismo). Torra decía allí que los españoles destilamos odio, “un odio perturbador, nauseabundo, como de dentadura postiza con moho”. Pero hay quien asegura que ninguno de los cinco Magistrados padece halitosis. Incluso que se lavan concienzudamente la boca y emplean aromáticos colutorios.
¿Saben ustedes quien es el abogado de la bestezuela nacionalista llamada Torra, al que la Sala contesta cabalmente cada una de las muchas cuestiones planteadas? Miren que prenda de picapleitos : Gonzalo Boyé, chileno que llega a España y debuta con una condena de más de catorce años de cárcel por el secuestro de Emiliano Revilla; en prisión estudia derecho, y al salir funda bufete, y defiende al narco Sito Miñanco, al rapero Valtonyc (enaltecimiento del terrorismo), al terrorista etarra Josu Ternera, al sedicioso huido Puigdemont...Solo le ha faltado asistir a “Tragabuches” (llegó tarde) y a la “viuda negra” – que parece haber despenado a su cuarto marido -, (porque no podría pagarle).0
Torra desobedeció reiteradamente, incluso con chulería separatista, la orden de retirar la pancarta de libertad para los que ellos consideran presos políticos (¡que no estamos en Venezuela!, coño) y el resto del mundo “políticos presos”, por el delito más grave contra un Estado: proclamar la independencia de una parte del territorio, saltándose a la torera la Constitución. A eso le llaman cínicamente “libertad de expresión”. La Sala de lo Penal desmonta las argumentaciones del rábula chileno, no en la lengua de ninguna bestia, sino en la de Cervantes, en la de San Juan de la Cruz, en la de Teresa...También la lengua para hablar con Dios.
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