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El otoño presentido

Sábado, 12 de septiembre 2020, 05:00

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Vaya por delante García Lorca, con su “Tan, tan,/ tan, tan./ ¿Quién es?/ El otoño otra vez./ ¿Qué quiere el otoño?/ El frescor de tu ... sien./ No te lo quiero dar./ Yo te lo quiero quitar/ tan, tan...”. Los lectores que me queden, no ignoran que para mí el hermoso otoño se presiente cuando en el prado cercano brotan las primeras chupamieles, anunciando el final del verano; esas florecillas malvas con bulbo dulce, que por hacer más cortos los días, nuestros pastores llaman por aquí quitameriendas. De puro humildes las tengo ley. De igual suerte que los niños del contorno se acuestan cuando en el firmamento aparece el apea-yeguas - para mí que es Júpiter-, la hora en que a las caballerías se las encadenan los remos delanteros. Para los más pequeños significa el final del día, la hora de la cuna, las cuatro esquinitas, el cuento de la abuela y a soñar con los ángeles.

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