El caballo del malo y la PAC
“Eres más lento que el caballo del malo”. Es una expresión de lo más popular que todos hemos pronunciado unas cuantas veces y que ... hemos escuchado otras tantas. Pues bien, a partir de ahora propongo que se cambie por otra frase: “Eres más lento que los de Bruselas” o “eres más lento que la Unión Europea (UE)” o “funcionas con más calma que los de la cosa europea”. Cualquiera de ellas vale para describir lo que está sucediendo estos días con la nueva Política Agraria Común (PAC), que tan importante es para los intereses de los agricultores y ganaderos de Salamanca y, por lo tanto, para la economía de nuestra provincia, en la que entran unos cuantos millones de euros al año por esta vía.
La situación es como sigue: la próxima semana se cumplirán tres años desde que la Comisión Europea presentó su propuesta formal sobre la nueva PAC. Insisto, tres años, y a la hora de escribir estas líneas todavía no se había cerrado un acuerdo definitivo sobre esa nueva PAC en Bruselas. Ayer por la tarde seguían discutiendo las delegaciones del Consejo de Ministros, del Parlamento Europeo y de la propia Comisión Europea para encontrar ese pacto definitivo. La cosa es más grave si en lugar de contar desde que la Comisión presentó su propuesta se cuenta desde que los servicios de esta institución comunitaria comenzaron a preparar los primeros papeles. En ese caso nos vamos a cuatro años tirando por lo bajo. Pero es que si, además, contabilizamos el periodo de tiempo que es necesario para que la Comisión y los Estados miembros desarrollen toda la normativa, una vez que se haya conseguido el pacto definitivo, hay que añadir otro año más. En resumidas cuentas, que, magia por aquí magia por allá, en la UE se necesitan al menos cinco años de proceso largo y tedioso para aprobar unas normas que deberían estar vigentes durante siete años. Pero, para “más inri”, como la aplicación de esas normas entrará en vigor con retraso, pues solo podrían durar cinco años.
Pido perdón por esta prolija explicación, que se puede resumir con la siguiente sentencia: en la UE se tarda más en discutir las nuevas reglas del juego, en este caso las de la PAC, que lo que dura luego su vigencia. Me parece una auténtica barbaridad y es necesario agilizar el funcionamiento comunitario. Mientras tanto, los agricultores y ganaderos beneficiarios de estas ayudas se encuentran en una situación de zozobra e inseguridad total, ahogados en un mar de papeles. El mal menor es que se llegue cuanto antes al pacto en Bruselas y que comiencen a despejarse las incógnitas. Aun así, en la capital comunitaria seguirán siendo más lentos que el caballo del malo.
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