El andar hace camino
Dice la poesía de Antonio Machado: “Caminante no hay camino se hace camino al andar”. En versión de entendidos en el tema se defiende una ... pequeña alteración y el texto original, según dicen, sería: “Caminante no hay camino se hace camino el andar, el andar se hace camino...”. Sea como fuere lo importante es andar, o más bien, lo importante es hacer camino o ambas cosas.
La semana pasada pude disfrutar del Camino de Santiago desde nuestra incomparable Plaza Mayor de Salamanca. No podría ser otra, aunque al paso que vamos y visto lo visto cualquier día se la llevan para Valladolid, que es a lo que va a quedar reducida Castilla y León. Gracias al buen hacer de León de la Riva en sus mejores tiempos o la incapacidad, desidia, dejadez o falta de interés de quienes no supieron o no pudieron, quizá por despiste quizá por incompetencia, arrimar el ascua a su sardina. Es decir dejaron como Dios nos trajo al mundo al resto de las provincias. Dicho de otra manera, no fueron capaces de testificar en defensa de los suyos y lo suyo que viene siendo lo de todos. Esperemos que el futuro inmediato tome otros derroteros y avancemos por otros caminos. Claro que ya lo decía mi abuela: “Dime con quién andas y te diré quién eres” aunque para bien y para mal yo discrepo de este refrán, no siempre es así. A veces te llevas gratas sorpresas y otras te quedas ojipláticamente sorprendido por las salidas del camino de personas que, a la hora de relacionarse, se olvidan de que son simples mortales y los demás también.
Volviendo al camino donde lo dejé, tras el inicio por la Vía de la Plata, pudimos disfrutar de entrañables personas y hermosos parajes del camino sanabrés, para después hacer un quiebro a la izquierda y adentrarnos en el portugués. En este último descubrimos la dureza de la gastronomía gallega y por qué en Galicia la lluvia es arte, no queda otro remedio.
Las viejas glorias sobre las que rodamos por todos estos parajes, cumplieron como campeonas, eso sí, gracias a la fe, la ilusión, el entusiasmo, el buen hacer y, sobre todo, la actitud de quienes nos embarcamos en esta aventura solidaria en apoyo y reconocimiento a Proyecto Hombre Salamanca tras sus 15 años de andadura oficial. Esto demuestra que es importante tener un buen motivo y motivación suficiente para hacer camino el andar. Más allá de los años, los kilómetros, las averías, los contratiempos y los malos tiempos, es posible pasar por la vida haciendo camino o por lo menos sendas o senderos de ilusión y esperanza. Es cuestión de actitud y de hacer equipo, de lo contrario nos quedaremos solos, sin pena ni gloria. “Y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar...”, “caminante, son tus huellas el camino y nada más”.
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