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EL 20/03/1820 Fernando VII publica el Manifiesto acatando la Constitución de Cádiz que había jurado a regañadientes, dando lugar a lo que se ha venido en llamar el Trienio Liberal. Proliferaron los abanicos luciendo en su país alegorías y motivos constitucionales, que dieron categoría a hechos como el siguiente.

Hace justamente 200 años que M.N. remite un escrito al Señor Editor del “Diario de Salamanca” y éste publica el domingo 15 de abril de 1821, bajo el epígrafe de “Anuncio importante” lo que sigue: “Deseando contribuir á la educación del bello sexo salamanquino he concebido la idea de establecer una Academia en la que se enseñará el ejercicio del abanico conforme á la técnica más moderna y á las evoluciones más constitucionales y de moda en la Corte. Las voces de mando se reducen á éstas: Presenten los abanicos: Despleguen los abanicos: Carguen los abanicos: Dejen los abanicos: Disparen los abanicos: Descansen sobre los abanicos: Tomen los abanicos: Volteén los abanicos.

Es tal la ventaja de esta Escuela que, con solo la exacta observancia de estas pocas voces de mando, sale garante el director, de que todas las damas que tengan á bien honrarle con su asistencia por el espacio de poco más de un año, se hallarán en estado de dar á sus abanicos todas las gracias de que es susceptible esta pequeña y sencilla máquina. Y para que con anticipación puedan formarse una ligera idea de que en este anuncio hay más de certeza y utilidad que de charlatanismo, como en otros muchos, manifestaré los resultados de algunos movimientos.

El que se ejecuta á la segunda voz de mando, es tan vistoso, por el infinito número de cupidos, guirnaldas, altares, pájaros, cuadrúpedos, arcos-iris y otras agradables figuras que de repente se dejan ver, que no puede menos de agradar é interesar al espectador más indiferente.

El que corresponde á la cuarta es sin duda de los más difíciles, y apenas basta la práctica continua de dos meses para ejecutarle con perfección, pero, sin embargo, se ha visto que niñas de 14 á 15 años, que los primeros días no hacían ruido perceptible á muy corta distancia, al cabo de este tiempo llegaron a descargar sus abanicos con tanto estrépito como el de una regular pistola.

El último movimiento de esta Escuela correspondiente a la voz: Volteén los abanicos, es sin disputa la obra maestra del ejercicio. La Dama que le aprende teórica y prácticamente en tres meses, no pierde su tiempo. Es tal su efecto, y tantos los céfiros y agradables brisas de que hallan llena sala de la Academia, que solo se puede ejecutar sin riesgo de constiparse los asistentes en días un poco fríos. Además de que en este movimiento se comprende tan grande variedad de otros, que apenas habrá ninguna emoción sensible del alma que no pueda producir la correspondiente agitación en el abanico.

Todo observador atento puede conocer las pasiones que siente una dama enseñada conforme a este método a la sola inspección de las vueltas y revueltas de su abanico. Abanicos pues, he visto yo tan coléricos, que hubiera sido peligroso para el amante que los había ofrendado, acercarse a la esfera de su viento; así como en otros tanta ternura y languidez que he tenido la mayor satisfacción, por el amor de la Dama, de que su amante se hallase á bastante distancia. En fin, he deducido de mis largas observaciones, que el abanico, es ya una hipócrita, ya una beata, ó una coqueta, según el carácter dominante de la persona que lo lleva; y en consecuencia he compuesto un pequeño tratado intitulado: Pasiones del Abanico: el que ofreceré a la lectura de mis discípulas cuando se hallen en estado de aprovecharse de sus máximas.

Sírvase V. Señor Editor, dar lugar a este anuncio entre los de su apreciable Periódico, teniendo la dignación de recoger los nombres de las señoras y señoritas que gustaren inscribirse en el número de alumnas de S.S.S.”.

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