Egea e Igea: peligro, peligro
En ver la portada de la GACETA de ayer me sobresalté y tuve que pedir el frasco de las sales porque la foto de “Teodorín” ... al lado de Alfonso Fernández Mañueco me dejó muy preocupado. Si yo fuese el candidato no estaría tranquilo. A pesar de los mensajes esperanzadores que se han lanzado al exterior tras la primera reunión celebrada entre el PP y Ciudadanos, hay motivos para mantenerse en alerta.El principal de ellos es la participación en este encuentro de Teodoro García Egea y de Francisco Igea. El primero de ellos es el todopoderoso secretario general del PP, que impuso listas y candidatos a golpe de teléfono tanto en las elecciones generales, como en las municipales, autonómicas y europeas, con el resultado ya sabido en muchos casos. Del segundo solo tengo referencias por los medios de comunicación, pero da la impresión de que cuando cree en algo no para hasta conseguirlo, pese a quien pese; y eso puede ser bueno, pero también malo, cuando hay que dar muestras de flexibilidad en una negociación. Ya me gustaría saber cuáles son las líneas rojas que se han fijado cada uno de los protagonistas en estas conversaciones.
Dicho lo anterior, lo mejor para Alfonso Fernández Mañueco y el PP de Castilla y León es alcanzar ese pacto con Ciudadanos por muchas y variadas razones, que van más allá de la importante y clave para todo político que es ostentar y ejercer el poder. Ahí van dos de esas razones. Ciudadanos anda bastante escaso de cuadros de los que tirar para cubrir los numerosos puestos que le corresponderán en caso de un acuerdo; parece razonable pensar que, cuando se acaben sus huestes, deberá tirar de las del PP para ocupar cargos en la Administración regional, por lo que los populares seguirán disfrutando de bastante poder real, aunque sea menos que el actual. Y eso supondrá un balón de oxigeno para Fernandez Mañueco en la vida interior del PP, algo a tener en cuenta. Imaginemos por un momento que los populares se quedan fuera del Gobierno: bastantes militantes relevantes que ocupan puestos significativos en el partido perderían su cargo oficial, lo que provocaría un malestar generalizado que se volvería contra el salmantino, obligado a acometer entonces una especie de refundación del partido a nivel regional. Sin embargo, si hay acuerdo entre e Partido Popular (PP) y Ciudadanos, o viceversa, la cosa cambia, porque habrá puestos a repartir y menos tensión interna en los populares. A pesar de que pinte bien, el partido no ha hecho más que comenzar y la pelota está en el tejado, por lo que Fernandez Mañueco haría bien en no confiarse, sobre todo si están por medio Egea e Igea.
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