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Dos tazas de consejo de ministros

Viernes, 3 de diciembre 2021, 04:00

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NO querías chocolate, pues toma dos tazas. Se acumulan las malas noticias y, para remate, va el Gobierno y anuncia que durante este mes de diciembre se reunirá, en lugar de una vez a la semana, dos, los martes y también los viernes. Ósea que hoy toca el primero de esos consejos de ministros a los que podríamos denominar extraordinarios. Dicho de otra manera, se doblan las posibilidades de que Pedro Sánchez y su equipo de aplaudidores se equivoquen y nos hagan la puñeta, y perdón por la expresión, pero no encuentro una más gráfica. Se duplican así las posibilidades de que, por ejemplo, acuerden subidas de impuestos, algo a lo que son tan aficionados casi todos los Gobiernos. En este contexto no hay que olvidar lo que hizo el PP en 2012, con Montoro como ministro de Hacienda, que, primero, incumplió las promesas que había hecho, que planteaban bajadas; después, anunció estas medidas riéndose en varias ocasiones y, finalmente, para rematar la faena, en ningún momento pidió disculpadas o perdón por hacer lo contrario de lo prometido. Como dijo una vez un compañero de partido refiriéndose al entonces ministro de Hacienda: “Montoro es socialista y hace una política fiscal socialista; el problema está en que él no lo sabe y nosotros, que sí lo sabemos, no hemos tomado medidas para impedirlo”.

Pero, volviendo al presente, cabe la posibilidad de que toda situación mala empeore. A las pruebas me remito, dos reuniones del Consejo de Ministros, en lugar de una, para amargarnos todavía más las Navidades y, lo que es peor, todo el año próximo. De momento, el Gobierno sigue negando la evidencia de lo que es evidente: que la situación económica no es como el equipo de Pedro Sánchez intenta vendernos. Las premisas sobre las que Nadia Calviño, cada vez más “nadia”, están absolutamente desfasadas (ya lo estaban en el momento inicial del proceso y ahora todavía más). Dicho de otra manera, que se trata de papel mojado. Lo lamentable es que pagaremos las consecuencias todos los ciudadanos. Nadia Calviño que llegó aquí como guardiana de la ortodoxia, como embajadora amable de los hombres de negro de Bruselas, se ha revelado finalmente como lo que algunos ya avisamos en su momento, una sectaria procedente de la burbuja comunitaria sin experiencia política y de gestión directa con los administrados. Y así nos va. Visto lo visto, aterra pensar que era el mirlo blanco del Gobierno.

Claro, que si miramos al PP, el panorama tampoco es que sea como para tener confianza en ellos. Se quiera ver, o no, la guerra fratricida entre los populares madrileños va a dejar algunos muertos desde el punto de vista político, bastantes “tocados” difíciles de recuperar y muchas fracturas y heridas, que serán muy difíciles de soldar las primeras y de cicatrizar las segundas. Parte del daño hecho será irrecuperable. Negro panorama, por lo tanto. ¡Menos mal que estamos en vísperas de puente!

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