Borrar

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Por si no se han enterado, pues lo cuentan poco, estamos ya otra vez en los cuatro millones de parados, el 17 por ciento de la población activa, y con cerca de un millón de personas más en la antesala del desempleo, sujetas por los ERTE que, como escribía ayer en LA GACETA Martín Díaz, no es más que pan para hoy y hambre para mañana. Pero entre vacunaciones, marcas de vacunas, confinamientos, restricciones, toques de queda, ataques a la Corona -y por tanto a la Constitución-, ideas peregrinas y Cristina Pedroche, demostrando botellín en mano que somos uno país atrasado, retrasado, casposo y muy hortera, el paro parece ser lo de menos, who cares.

Somos los subcampeones del desempleo y seguimos cantando. Subcampeones porque Sudáfrica nos supera con su tasa del 30 por ciento.... Sin palabras... Para que se hagan una idea del desastre de país que tenemos, y punto arriba punto abajo, la zona Euro ronda el 9 por ciento de paro (Portugal sobre el 7 y Alemania sobre el 5). Estados Unidos tiene una tasa, para ellos elevadísima, del 7 por ciento... Aquí, toda acción política pasa por ver plácidamente como se destruye el empleo, la riqueza y el futuro, pero sobre todo pasa por meternos el miedo en el cuerpo, la única medida que hasta ahora han tomado nuestros gobiernos, y sobre todo el central, desde que comenzara la crisis del coronavirus, hace ya casi un año. Casi un año vendiendo miedo, cercando nuestra libertad y recetando aire. Unos fenómenos.

Y ante la falta de medidas claras -los palos de ciego nunca son medidas-, el desempleo y la decadencia económica y social campan ya a sus anchas por España, y ciudades como Salamanca van a sufrir lo que no está escrito con la ola de pobreza que nos viene. Me rio yo de las olas del coronavirus... Pero los políticos -y sus expertos de andar por casa- a lo suyo y, como siempre, sin ver más allá de sus narices, sin previsión, y naturalmente en lo económico y laboral sin concretar medida alguna y contundente, empezando por reducir la fiscalidad salvaje a la que nos tienen sometidos para pagar sus juergas.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios