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Casado, ciego, tonto y sordo

Miércoles, 3 de noviembre 2021, 04:00

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CASADO no aprende. El hombre es el único animal que es capaz de tropezar dos veces con la misma piedra, excepto Casado, que no es que se tope con los obstáculos ni una ni dos ni tres, es que los busca.

Lo que están haciendo en Madrid Casado y su equipo, principalmente el aprendiz a secretario general, Teodoro García, no me sorprende, porque al fin y al cabo es lo que han hecho en todos los sitios. Por tozudez, prepotencia e ignorancia han intentado dinamitar las estructuras que había para reemplazarlas por un grupo de amiguetes que ellos creen afines. Si la militancia no se rebela convertirán el PP, un partido con vocación de Gobierno, en una peña de amiguetes y “Teo” se pondrá de portero para controlar el acceso y repartir carnés de buenos y malos.

No se engañen, un partido no se construye destruyendo lo que han hecho otros, un partido no puede aspirar a convertirse en alternativa de Gobierno con conspiraciones judeo-masónicas contra los suyos y un partido que pretende representar a millones de españoles no puede deslegitimar a uno de sus principales activos.

Digo que no me sorprende lo que están haciendo en Madrid con Ayuso porque en Salamanca, una de las pocas provincias que bajo el mandato de Casado se salvaron del hundimiento del PP, también han intentado dinamitar el partido, obviando a los militantes y diseñando una estrategia en la que solo contaban con sus amiguetes para asaltar el partido desde dentro y ahí siguen incumpliendo su palabra.

El congreso de julio de 2018 dejó el PP en manos de una panda de novatos engreídos, se cerró en falso y hoy quieren pasar la guadaña a todos aquellos que creen que no les ayudaron a ganar.

Isabel Díaz Ayuso tiene todo el derecho del mundo a presentarse como candidata a la Presidencia del PP de Madrid y seguramente, si “Teo y Cía” no manipulan al estilo de Pablo Yáñez en Cs, ganará de calle.

Es repugnante lo que están haciendo con Ayuso. Repugnante y torpe porque acaba de ganar ella solita unas elecciones complicadísimas en Madrid y porque si escuchan a la calle, que es la que vota, oirán que quien tienen el respeto, la admiración y el respaldo no es Casado, es Ayuso.

Todo lo demás, incluidas las filtraciones interesadas a medios de comunicación afines, es hacerse trampas en el solitario. Ayuso ni está deslegitimada para presidir el PP, ni se ha saltado normas internas. El que está incumpliendo es el presidente nacional del PP, que debería haber convocado ya, tal y como marcan los estatutos internos, un congreso para que los militantes eligieran al presidente. La última vez que el PP celebró un congreso ordinario fue en febrero de 2017, en la Caja Mágica de Madrid. Dentro de cuatro meses hará cinco años, cuando la normativa interna dice que el periodo entre congresos “ordinarios” será de cuatro años. El de julio fue extraordinario, por si alguno no lo recuerda y Casado lo ganó en segunda vuelta gracias al voto prestado de dos candidatos que se quedaron por el camino en la primera vuelta. Hoy, esos que le auparon a la Presidencia del PP, ya están en la papelera de los kleenex usados. Confío en que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, no se deje manipular por los conspiradores genoveses y tome distancia de ese cargo envenenado que le ha dado Casado con el beneplácito del campeón de lanzamiento de pipos de aceituna.

La actual dirección del PP está destrozando el partido y sin contar con los militantes, a los que está hurtando el derecho a decidir quién lidera el centro-derecha y quién es el candidato a La Moncloa. Será difícil que con unos dirigentes como los actuales, los populares puedan ser la alternativa al social-comunismo.

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