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La película de José Luis Cuerda “Amanece que no es poco” nos metía en situaciones de humor absurdo en medio de un entramado muy surrealista. Nuestra película de hoy es real como la vida misma y, aunque por momentos pueda parecer surrealista, no lo es. Que tú y yo veamos el amanecer día tras día ya es mucho. Más allá de las dificultades propias del confinamiento, más allá de las angustias, agobios, miedos, tristezas que puedan surgir, abrir los ojos cada mañana y respirar es todo un lujo.

Me encanta nuestro deseo de volver cuanto antes a la normalidad, mi duda es qué entendemos por normalidad. Porque visto lo visto “esta España mía, esta España nuestra”, que cantaría la inolvidable Evangelina Sobredo más conocida como Cecilia, si ahora lo tiene difícil para aclararse dentro de un tiempo lo va a tener más complicado. Venimos de una realidad confusa, vivimos desconcertados en un presente que confunde y caminamos hacia una normalidad desconocida cargada de incertidumbre. La canción de Cecilia sin la censura decía: “Esta España viva, esta España muerta. Esta España nueva, esta España vieja. Esta España en dudas, esta España ciega”. Realmente invita a la reflexión la letra censurada de la canción. Vivimos un momento duro y difícil, luchando por ser España viva y no España muerta, y lo triste es que la primera está normalizando la segunda. Son necesarios los aplausos para animar a la lucha, pero no pueden enmudecer el llanto de quienes sentimos el dolor de la pérdida sin despedida. En la España de hace unos meses nos resultaba lamentable, trágico un accidente de avión con ciento cincuenta pasajeros abordo. En la España de hoy hemos normalizado los más de quinientos cadáveres diarios. Seres humanos, seres queridos con rostro que tienen nombre y apellidos. Esperemos que la España vieja quede atrás y deje espacio o haga hueco a la España nueva, donde por normalidad no entendamos el engaño, la mentira, la estafa, el fraude, la corrupción, la violencia... Esperemos que se disipen las dudas a pesar de ser muchas y la España ciega abra los ojos y recupere la capacidad para ver la jugada y pillar a quienes están fuera de juego, independientemente del equipo en el que jueguen. Porque si no, esta España mía, esta España nuestra será una España derrotada. No caigamos en la dinámica de una vida absurda, en la que hagamos oídos sordos a la realidad o, lo que es peor, que escuchemos lo que escuchemos traguemos con todo sin sentido crítico.

En fin, por lo que veo hoy ha vuelto a amanecer para ti, de lo cual me alegro, así pues disfrútalo que ya es mucho y que mañana te pueda decir lo mismo. Feliz Lunes de Aguas, en casa.

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