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Catorce formaciones políticas, que yo sepa, han iniciado su precampaña en Salamanca capital para acceder al bastón de mando de la alcaldía. Todos son distintos pero las caras me siguen sonando, muchos llevan años en el intento sin desfallecer apareciendo cada cuatro años y desapareciendo cada tres.
Me pregunto las razones que mueven a algunos candidatos a intentar rascar unos pocos votos que en la cuenta final del 28 de mayo no van a suponer más que el apoyo incondicional de familiares y amigos.
La democracia da para mucho y en estos casos veo que siguen adelante con sus convicciones, pero aportan pocas razones para continuar en una batalla, democrática por supuesto, que nunca podrán ganar.
En estos días previos a la campaña electoral oficial vamos leyendo algunas propuestas que no acabo de creer, que son imposibles. Toda propuesta debe ir acompañada de la correspondiente leyenda presupuestaria.
No todo vale, porque las instituciones superiores deben decir sí a tantos anhelos que, muchas veces, se quedan en eso, pura magia. En estos días necesitamos partidos políticos fuertes tanto en la gestión como en la oposición porque los retos son muy importantes para Salamanca.
A menos de un mes para la cita con las urnas, los mítines políticos no son la solución, conviene estudiar los programas, elegir el mejor o los mejores y exigir que después se puedan cumplir.
La realidad es que muchas propuestas no son viables por múltiples razones, las principales son presupuestarias, lo estamos viendo ahora con las frecuencias de trenes en Salamanca, tenemos máquinas, tenemos conductores, pero no se acaban de cumplir las promesas y me pregunto¿cuál o cuáles son las razones? Tan solo se me ocurren las políticas y así, no se gobierna. Si en cinco años no se han puesto en el mercado viviendas asequibles y accesibles, ¿ahora serán 183.000?
Que alguien lo explique, que alguien nos diga donde está el presupuesto porque tan solo se puede creer con mucha fe. Reitero, no es el momento de promesas banales, es el momento de explicar claramente hacia dónde queremos llevar a este país y ahora el primer examen de la oposición al gobierno es el de las municipales y autonómicas del 28 de mayo. Ahora es el momento de interiorizar las propuestas, de dar una vuelta a la papeleta electoral y contrastar para que después no nos llevemos las manos a la cabeza. Tenemos la oportunidad de conseguir gobiernos fuertes que puedan llevar a cabo promesas que se puedan cumplir, que dejemos de ser los olvidadeos y de que nuestra ciudad y provincia pueda despegar.
Y es que el ya famoso “cambio” que se inventó en el 82 debe tener continuidad, no se necesita un cambio de rumbo, se trata de acometer las propuestas que ya están sobre la mesa: retención de talento, oferta turística y medio ambiental, industrialización y mejora de comunicaciones para empezar.
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