Comuneros
Santiago Juanes
Martes, 22 de abril 2014, 06:45
Aquí estamos, en la víspera de otra fiesta, la que recuerda a nuestros Comuneros, justo cuando los vecinos del paseo salmantino que lleva su nombre llevan semanas con su aparcamiento subterráneo a cuestas a modo de "Tarara". Comuneros se llama así desde 1980 sustituyendo a Pérez Almeida „llamado por algunos primer "mártir" salmantino de la Falange„ que a su vez sustituyó a todo un ministro de Hacienda: Rodríguez San Pedro, que no me imagino en estos tiempos dándole calles a Solbes, Montoro y compañía. Quita, quita. Nuestro comunero de referencia, Francisco Maldonado, llegó a dar nombre a la calle de Zamora por petición de Santos Franco, concejal salmantino, allá por 1921, sin que la moción prosperase, inicialmente. Sin embargo, otro concejal, García de Arribas, tuvo mejor suerte y consiguió que pasase a comisión lo que conocemos como Puerta de Zamora bajo la denominación de Glorieta del Comunero Maldonado. Y hubiese salido adelante si no fuera porque en la misma moción proponía dedicar a Gil Robles la calle de Zamora. A falta de acuerdo, pasó a comisión, pero resulta que sí, que el 4 de mayo de 1921, se aprobó que la calle de Zamora se llamara del comunero Maldonado. Luego vino el episodio del busto a Maldonado en la Plaza de Los Bandos, descubierto con solemnidad, sí, pero también con retraso el 23 de octubre de 1921, y con la sospecha extendida de que el escultor, Juan Cristóbal, nos había colado el busto arrinconado de un famoso nefrólogo, según averiguaciones de nuestro añorado médico y coleccionista de arte Miguel Ferrer, en lugar de encargado para Maldonado. Fue en la inauguración del busto cuando el alcalde anunció el cambio de nombre de la calle Zamora, que, a pesar de todo, continuó siendo de Zamora.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA