José Fernando, Gloria Camila y Rocío Flores, volcados en la pequeña Rocío tras la muerte de su madre, Michu
Están demostrando que son una auténtica piña en este doloroso trance
E. P.
Madrid
Jueves, 10 de julio 2025, 10:40
Volcados en apoyar a José Fernando en uno de los momentos más duros de su vida, las familias Ortega Cano y Mohedano no han dudado en desplazarse hasta el tanatorio de Arcos de la Frontera para acompañarlo en el último adiós a Michu, madre de su única hija, Rocío, de 7 años. La joven gaditana falleció de forma repentina la noche del pasado lunes debido a complicaciones cardíacas.
Entre los presentes en el velatorio estuvieron José Ortega Cano, su hija Gloria Camila, Mari Carmen Ortega y su marido Aniceto, así como Gloria y Amador Mohedano, y Rocío Flores. Unidos como una piña en medio del dolor, todos han arropado a José Fernando en este duro trance.
Tras pasar buena parte del día en el tanatorio, la familia se reunió en un restaurante cercano, acompañados por la diseñadora y amiga personal Aurora Gaviño. Antes, recogieron a la pequeña Rocío para sumarla a este momento familiar. Según contó su abuela materna, Inma Gamaza, la niña ya sabe que su madre "está en el cielo" y ha afrontado la noticia con sorprendente madurez. “Ahora tenemos que apoyarnos y ser fuertes”, le dijo a su abuela.
Conscientes de la delicada situación de la menor, Gloria Camila y Rocío Flores se mostraron visiblemente molestas al percatarse de la presencia de cámaras grabando a la niña a las puertas del restaurante. Con gestos de indignación, pidieron a los reporteros que respetasen tanto su dolor como la intimidad y bienestar de Rocío, quien se ha convertido en el centro de atención y preocupación de todos.
Por el momento, permanece en el aire la cuestión sobre quién asumirá la custodia de la menor. Aunque Inma Gamaza aseguró que la niña está con ella —y ha convivido con ella siempre—, se especula con que José Ortega Cano estaría dispuesto a hacerse cargo de su nieta. Según algunas fuentes cercanas, Michu habría expresado en vida su deseo de que, si le sucedía algo, su hija fuese a vivir con el torero y su familia.
El futuro de Rocío aún está por definirse, pero lo que sí está claro es que tanto la familia materna como la paterna se mantienen unidas en torno a ella, dispuestas a protegerla y brindarle el amor que su madre, prematuramente, ya no puede darle.
