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Alejandro Sánchez Palomero, entrenando en París. WORLD TRIATHLON
Sánchez Palomero, sobre su reto de unos quintos Juegos: «Creo que puedo ser mejor deportista y demostrarlo»

Sánchez Palomero, sobre su reto de unos quintos Juegos: «Creo que puedo ser mejor deportista y demostrarlo»

«El éxito va mucho más allá de una medalla o una clasificación. Va de no rendirse nunca, esforzarse, y dar lo mejor de uno mismo»

Alex G. Santana

Salamanca

Viernes, 31 de enero 2025, 18:43

Alejandro Sánchez Palomero (Salamanca, 6 de noviembre de 1986) es el deportista salmantino que ha acudido a más Juegos -cuatro con los de París- pero hace unas horas hizo un anuncio: va a intentar clasificarse para el triatlón paralímpico de Los Ángeles 2028 y poner fin a su carrera tras una nueva cita paralímpica.

El jueves lanzó la bomba: va a intentar ir a sus quintos Juegos Paralímpicos, los terceros en triatlón.

—Ha sido una decisión muy meditada. Antes de París tenía claro que iban a ser los últimos juegos, pero me tomé el tiempo necesario y no decidir en caliente a ver qué es lo que quería. Y por suerte han cambiado algunos aspectos en mi vida profesional, voy a ser segundo entrenador en mi grupo de entrenamientos y han aparecido patrocinadores. Y además creo que todavía me quedan cosas por mejorar a nivel deportivo. He buscado cosas que me han hecho ilusionarme, como cerrar un círculo de veinte años en los Juegos Paralímpicos. Y junto a mi mujer y mi familia he decidido intentar conseguirlo, aunque no va a ser fácil.

Despedirse en París, siendo el único deportista salmantino cuatro veces olímpico, y después de lo que le costó, parecía el broche ideal.

—Siempre he dicho y creo que casi todos lo pensamos, que un deportista tiene que ser un poco egoísta y buscar la excelencia y la grandeza a nivel personal, y de ahí salen cosas ilusionantes. Todo nace de mi parte más íntima porque creo que puedo ser mejor deportista y demostrarlo. Y si ya estaba orgulloso por ser el único salmantino con cuatro Juegos, imagínate con cinco.

Ya advierte que será complicado.

—Será muy complicado. Ya lo fue para París y seguramente para Los Ángeles algo más. Pero por otro lado intento buscar cosas positivas. En el proceso para París fui padre por segunda vez y ahora el niño será más mayor y la parte difícil ya está pasada. Y soy más maduro y sé gestionarme mejor, sabiendo que no tengo que apretar estos cuatro años. Va a ser diferente, porque para París después de romperme el Aquiles tuve que ir a fuego para clasificarme y ahora tengo más cosas a mi favor.

En 2028 tendrá 42 años. ¿No parece una edad 'complicada'?

—En el fondo soy un privilegiado por poder dedicarme a mi pasión de forma profesional en el deporte. Sé que esto se va a acabar, ojalá que en 2028. Por mi condición de deportista paralímpico tengo una vida deportiva más longeva. Para entonces tendré 42 años y creo que podré estar a un muy buen nivel que me permita estar en los juegos. A esa edad creo que todavía tendré algo que decir. Soy consciente de que no estaré para luchar por las medallas, pero sería un éxito ir a unos quintos Juegos.

Pongámonos negativos. No lo consigue.

—He ganado muchas cosas y he perdido muchas más y he aprendido a gestionar todo eso. El éxito va mucho más allá de una medalla o una clasificación, va de no rendirse, esforzarse y dar lo mejor de uno mismo. Sé gestionar los malos momentos, que los he tenido y los tendré. Si finalmente no lo consigo, estaré satisfecho porque sabré que no me he dejado nada y los veré desde casa y los disfrutaré.

¿Y si sí logra ir a Los Ángeles?

—Todavía no le he visualizado y voy a tardar. Estos dos años voy a estar más relajado y voy a cambiar mi forma de pensar: quiero disfrutar del deporte, no exigirme tanto y dejar la competición en un segundo plano. Sin agobiarme. Quiero que este último camino sea divertido y sin estrés, porque no tengo que demostrar nada a nadie.

¿Qué le han dicho en casa?

—Ellos son mi mejor apoyo, al igual que si hubiera decidido retirarme. Dejan que la decisión sea mía y ellos están siempre detrás, pero sin ellos no tomaría una decisión tan importante. Sobre todo mi mujer, que es la que me sufre. Ella fue la primera que en París cuando dije que me retiraba me dijo: no, no, no puede ser, hay que ir a Los Ángeles. Y que Daniel, mi hijo pequeño, tenía que verme allí.

Para entonces su hijo pequeño será más consciente de que su padre está en unos Juegos. ¿Es una motivación más?

—Sería algo muy especial. Ya lo fue en París ver a mis dos hijos allí, mi mujer, mis padres y mi hermana. Eso fue lo que marcó la diferencia respecto a Tokio. Lo pienso para Los Ángeles y sería un aliciente, pero todavía queda mucho.

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