Secciones
Destacamos
Jaime García
Miércoles, 28 de agosto 2024, 13:08
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
Este miércoles desde las 20:00 horas, la plaza de La Concordia y los Campos Elíseos acogerán a los cerca de 4.500 deportistas paralímpicos que tomarán parte de la segunda mitad de los Juegos de París. Uno de ellos será Alejandro Sánchez Palomero, quién disputará sus cuartos Juegos. Tras vivir de todo en las anteriores citas, incluida quedarse fuera de Río, llega a París con la conciencia deportiva más tranquila que nunca y en su mente sobrevolando la posibilidad de que sean sus últimos Juegos.
En primer lugar, ¿cómo se siente a escasas horas de iniciar unos nuevos Juegos?
—Me siento muy bien, la verdad, muy contento, muy feliz y con sentimientos muy positivos. Vengo con muchas ganas de dar mi máximo, pero también de disfrutar y de saborear todo lo que ha costado haber llegado hasta aquí. Ya lo único que nos queda es esperar a ver qué pasa con el triatlón en París. Si se cambia el formato, si nadamos a favor o en contra de corriente. Pese a todo, con muchas ganas.
¿Y respecto a sus sensaciones deportivas?
—Vengo creo que, con los deberes hechos. A pesar de todas las circunstancias que he tenido durante este año y a los momentos que me he tenido que enfrentar un poco con mala suerte, con resultados que no salían y con un bloqueo mental del que no era capaz salir, pues a pesar de todo ello, se han superado y creo que llego en un buen estado de forma.
En su hoja de ruta, se encuentra la presencia en Pekín donde se hizo con el bronce en natación, Londres y Tokio cuando volvió al subir al podio como tercer clasificado ya como para triatleta. ¿Qué le suscita llegar a unos cuartos Juegos?
—Mucho orgullo. No es nada fácil, desde luego no lo ha sido para mí. He vivido cuatro juegos, estos son mis cuartos, y cada uno ha sido diferente. El resultado será el que sea y será bueno o malo según mi sensación de satisfacción personal de haber rendido ese día. Pero desde luego, cuatro olimpiadas hacen que la perspectiva, la edad, todo se viva de una forma más intensa y se saboree todo con otra visión. No digo mejor ni peor, pero simplemente, con una mirada que te da la edad y que hace que también lo disfrutes muchísimo.
Hablemos de la primera noche en Pekín 2008, ¿se le pasaba por la cabeza llegar a disputar cuatro citas olímpicas?
—Qué va, qué va. Para nada estaba pensando en si llegaría a cuatro Juegos o no. En Pekín estaba muy centrado en conseguir una medalla, que si todo iba bien era para mí. Pero bueno, que podían pasar muchas cosas. La experiencia siempre es un grado. Ahora ya incluso la forma en la que ves a tus rivales no es la misma. Antes quizás los veías no como enemigos, pero sí con ciertas ganas de ganarles. Y solo tengo de hacer una buena carrera y competir contra mí mismo. Los años cambian y te hacen ver las cosas diferentes, pero siento que estoy disfrutando incluso más esta última. Aunque tampoco es justo compararlos porque son deportes y momentos diferentes, pero bueno, Pekín fue inolvidable, igual que lo fue Tokio y espero que también París lo sea.
En la misma línea, ¿Qué recuerda de esa primera noche olímpica?
—Pues la primera fue la noche previa a mi prueba. Tengo el recuerdo de tener ganas de salir ahí y hacer esos 100 metros braza, dónde tenía grandes opciones. Eran muchos nervios, pero a la vez eran esas ganas también de dar un poco el do de pecho en el día que se me buscaba y el día por el que había trabajado tanto tiempo.
Son tres Juegos camino de disputar sus cuartos, ¿con que se quedaría o que podría destacar de cada de ellos?
—De Pekín me quedo sin duda con mi medalla individual, que fue un momento muy bonito. Poder vivirlo todo por primera vez, con todo lo que supuso Pekín, fue algo espectacular. En Londres, a pesar de los malos resultados, me quedo con la piña que se hizo con el equipo español y con la sensación de estar viviendo unos Juegos únicos. La acogida que vivimos los deportistas paralímpicos en la sociedad londinense fue abrumadora. Se notaba que eran ellos quienes crearon el movimiento paralímpico. Viven el deporte sin adjetivos. Y eso fue muy maravilloso. Y, Tokio también fue volver a otros Juegos, años después, a otra disciplina y luchando por conseguir una medalla que al final llegó. Después de haber vivido un año personal muy duro, me quedo con eso, con el haber sabido solventar todos los problemas y volver a unos Juegos para además ganar otra medalla. Todo ello lo hizo muy especial.
Por otro lado, se convertirá en el deportista salmantino con más presencias olímpicas. Se dice pronto.
—Es otra de las cosas que me hacen muchísimo orgullo, ser el único deportista salmantino que haya ido a cuatro Juegos. Es una cosa que me ilusiona una barbaridad y que espero que con el tiempo también lo pueda valorar un poquito más, pero ya te digo que es algo que me hace mucha ilusión. Son ofrecer mi mejor versión que la que he traído hasta aquí, la que he trabajado mucho y la que espero sacar ese día. Con la idea de llegar al final de la prueba disputando posiciones y ojalá poder entrar entre los ocho primeros, que sería un poco el objetivo más cuantificable.
El 1 de septiembre será su turno. ¿Cuáles son sus expectativas?
—Hacer una buena natación que me permita salir con rivales en los que voy a pelear durante toda la prueba. Mantenerme en bici en posiciones buenas, incluso pudiendo pasar algunos. Pero, estar en carrera constantemente y llegar bien a la parte última de la carrera, que suele ser mi sector más débil, pero que creo que es el que más he trabajado.
No sé si es algo que pasa por la cabeza de un deportista como usted a escasas horas de arrancar, pero, ha pensado la posibilidad de que éstas sean sus últimas olimpiadas.
—Al final lo piensas. Son muchos años de carrera, son 16 años en la élite de dos deportes, casi de forma ininterrumpida. Soy padre de dos hijos, tengo rivales muy jóvenes y me ha costado mucho clasificarme, también he sufrido lesiones y roturas entre medias. Estoy en un momento en el que el deporte es complicado, es muy difícil mantener el alto nivel que exige estar donde estoy. Afortunadamente, a nivel deportivo estoy muy pleno, he conseguido mucho más de lo que yo pensaba que iba a conseguir. Si tuviera que disputar mis últimos Juegos, pues me despediría feliz. Lo que pasa es que quiero estar centrado en París y luego decidir. Puede que sean mis últimos Juegos, pero puede que aguante algún año más compitiendo, aún no lo sé. Creo que me he ganado el derecho a disfrutarlo y luego a decidir. Entonces, lo que pase, se aceptará perfectamente y con mucha alegría y satisfacción, siendo la última carrera o un añito más o dos, o quizás hasta Los Ángeles si cambian algunos criterios de clasificación. Pero bueno, en cualquier caso, París y luego ya veremos.
Y en cuyo caso sea su despedida olímpica, ¿Cómo resumiría su trayectoria echando la vista atrás?
—He tenido la suerte de llevarme lo más preciado que buscamos los deportistas en los Juegos, que es una medalla, en dos ocasiones, además, en dos deportes diferentes, cosa que es muy bonito. También he sentido la decepción de no sacar ni de lejos los resultados que uno esperaba. Así que, ahora ya lo único que le pido es poder dar mi 100% el día de la prueba.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.