«Nunca había sacado un pez tan grande en mi ciudad, tuve que meterme dentro del agua...»

Elena Martín

Salamanca

Jueves, 28 de noviembre 2024, 19:56 | Actualizado 20:42h.

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«Por fin llegó el día que tanto esperaba. Aquí dejo a esta preciosa niña que casi alcanza los 20 kilos. Fue una lucha de 25 minutos que hizo que entendiera que el tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido. Después de su cura, volvió al agua con libertad. Quién sabe si, en un tiempo lejano, me vuelve a sorprender pesando más». Con estas palabras, el salmantino Juan Curto anunciaba a través de su cuenta de Instagram que la semana pasada consiguió la proeza que tanto tiempo llevaba esperando que llegara a su vida y, en concreto, a su dilatada trayectoria como pescador: pescar la carpa más voluminosa que jamás había logrado captar en su ciudad natal.

«Llevo mucho tiempo dedicándome a la pesca. Concretamente, desde los 6 años, gracias a la pasión que me inculcaron mi abuelo y mi padre por este oficio, en el que me he ido adentrando, cada vez más, en la modalidad del carpfishing», rememora Curto, añadiendo que «es la primera vez que he pescado un pez de semejante tamaño en Salamanca»: «Nunca había pescado un pez tan grande en mi ciudad. No ha pesado exactamente 20 kilos, pero sí se ha quedado muy cerquita. En total, la carpa era de 18,9. Cuando me ha pasado, no daba crédito. De hecho, tenía a mi amigo Víctor al lado y los dos no nos lo creíamos al principio. Él fue quien me estuvo ayudando porque entre coger la caña, coger la sacadera, llevar a cabo todos los cuidados...». Respecto al proceso que siguió antes de dar con esta carpa tan voluminosa en la zona en la que consiguió capturarla, la de Huerta Otea, Curto reconoce que fue de «gran dificultad» porque «me tuve que meter dentro del agua ante las muchas malezas y las espadañas que hay en las orillas del Tormes para sacarla».

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Sobre el truco que ha seguido de cara a conseguir esta proeza que tenía apuntada en su lista de tareas pendientes, Juan Curto confiesa que el cebo que echó aquel día era uno de melón-miel, de la marca MS Fishing y que, desde que lo ha conseguido, «ya no pienso utilizar otro». «El día en el que conseguimos pescar esta carpa llevábamos pescando tres horas y, hasta que la pudimos traer a la orilla, pasaron 25 minutos de reloj. Al final, este tipo de pesca te lleva mucho tiempo porque el pez tira mucho y tienes que tener mucho cuidado para que no se parta el hilo y que no sufra la boca del pez», comenta Curto, rememorando su hazaña y elogiando la modalidad a la que lleva dedicándose tanto tiempo: «Los que nos dedicamos al carpfishing tratamos muy bien a las especies que capturamos. Cada vez que sacamos a un pez del agua lo hacemos con mucho cuidado para que no se roce la piel y curamos al pez con antisépticos bacterianos antes de volver a soltarlo. En Salamanca, existe un grupo que se dedica a ella en concreto y que, sobre todo, la ejerce en la zona de Villamayor, donde hay un escenario deportivo que, pese a estar mal cuidado, resulta ser ideal para nosotros una vez que los limpiamos».

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Pero esta no ha sido la única vez en la que Curto ha pescado un pez de gran tamaño. De hecho, este salmantino siempre ha estado acostumbrado a capturar peces de 10 kilos y ya pescó un esturión de 22 kilos en el Estrela Lake. «Cuando picó en el cebo, nunca pensamos que fuese a ser tan grande. La levanté y llamé a mi compañero para sacarla y hacernos las fotos pertinentes antes de volverla a soltar», añade Juan Curto, que, en los últimos días, no ha parado de recibir mensajes de enhorabuena por parte de sus amigos y familiares. «Estoy loco de felicidad. No paro de recibir felicitaciones. La pesca, al final, te regala una gran familia», sentencia, pidiendo al Gobierno regional que legalice las zonas de pesca nocturna al ser este el momento en el que más se da: «Nos gustaría que la Junta legalizara las zonas de pesca nocturna, ya que, cuando mas actividad hay, tenemos que recoger y pensar en el día siguiente y, en la mayoría de comunidades, ya existen. Queremos zonas así aunque haya que sacar un permiso y demostrar que, al día siguiente, estará todo recogido, sin nada que entorpezca o contamine a la naturaleza».