Álvaro Gómez asume galones en Unionistas: «Mario nos ha hecho mucho bien: escucha, entiende y empatiza»
El extremo salmantino se consolida como un peso pesado en el vestuario de Unionistas. Es máximo asistente, marcó contra el Castilla y suma más minutos que nunca a estas alturas. «Creo que estoy en uno de mis mejores puntos ya no aquí, sino de mi carrera», asegura
Álvaro Gómez (27 años) ha sumado otro gran escudo a su particular hall of fame de equipos a los que le ha hecho gol. El del Real Madrid ya está emparejado con los de FC Barcelona y Rayo Vallecano. Con esos dos de Copa del Rey tuvo como nexo de unión la portería del Fondo Oeste y el golpeo con la pierna derecha dentro del área.
Su tanto al Castilla, con el que se consumó, de momento, el mejor triunfo de la presente temporada para Unionistas, vino a redondear un gran inicio de curso del salmantino, que ha asumido galones de capitán. Primero, tomando la palabra en medio de la tempestad del desastroso inicio de Liga y pidiendo confianza; y después, con asistencias que valieron 6 puntos en los choques frente al Tenerife y la AD Mérida.
Nunca, a estas alturas de temporada, había aportado tanto ni sumado tantos minutos. En su primera temporada —donde tenía renovación automática por tiempo de estancia en el terreno de juego— llevaba 461; el curso pasado sumaba 686 y esta ya suma 873. «Podría ser que ahora mismo me encuentre en mi mejor momento como jugador de Unionistas», afirma sin ambages. «Físicamente, desde luego, estoy en uno de mis mejores puntos ya no solo aquí, sino de mi carrera. Además, sumo esa experiencia que hace que, en determinadas situaciones, pueda tomar mejores decisiones. Con balón he intentado ayudar al equipo, he hecho asistencias y luego, sin él, creo que tengo una calma que nunca había sido mi fuerte. La verdad, me estoy sintiendo muy bien y gran parte de culpa la tiene el grupo, mis compañeros», asegura el extremo salmantino.
Puesto el foco en el grupo: ¿qué ha llevado a este equipo a pasar de ser el último en puntuar de la Liga a rondar puestos de Copa del Rey? «Nada nuevo, es lo mismo que decía al principio de temporada, cuando iba todo mal. Esta plantilla tiene muchísimo potencial, es muy joven y solo hacía y hace falta tiempo. Esto consistía en entender una estructura, adaptarnos a ella y crecer. Creo que tenemos margen para tocar techo, pero eso estará por venir. Tenemos que crecer desde el partido a partido, ir a Ourense con toda la humildad y un trabajo previo, a ganar. Y luego ir viendo el siguiente y el siguiente. El reto es hacerlo mejor que la semana anterior; ahora el reto es hacerlo mejor que contra el Castilla».
Esta mentalidad choca con la de la grada, que, aunque el equipo esté a la misma distancia del descenso que del playoff, mira hacia arriba porque es su naturaleza: «Que la afición quiera mirar a los cinco primeros puestos me dice que estamos haciendo las cosas bien. Además, esa es su parte como seguidores. La nuestra es la de no ponernos objetivos, más allá del lógico de la salvación», afirma el jugador blanquinegro, quien tiene muy claro que la base del punto al que ha llegado Unionistas tiene muchas aristas. Una, encontrar el gol muy pronto en los partidos: «Para mí lo más importante ha sido adelantarnos pronto en estos dos últimos encuentros; al igual que el Talavera nos sometió bastante, frente al Real Madrid Castilla nos sentimos súper cómodos en las presiones y, cuando fuimos altos, robamos todas. No tuvimos la sensación de que nos pudieran hacer daño. Fuimos verticales y, con balón, también tuvimos más tranquilidad; la sensación es la de haber hecho un partido muy completo».
La otra, obviamente, Mario Simón: «Las tres primeras jornadas hay que aparcarlas; fueron otro contexto, otro míster y otro sistema de juego. Con Mario todo cambió para bien. El equipo confía mucho en su planteamiento y en todo lo que induce. Pese a que ganamos el primero y luego tuvimos un par de partidos flojos, dijimos que estábamos trabajando para que eso cambiara; y así ha sido. Ahora somos uno de los equipos más difíciles para marcar un gol. Todo viene porque Simón no es una persona ególatra y eso genera mucho bien dentro del grupo. Escucha, entiende y empatiza con el jugador. Siempre va de la mano de lo que pensamos como grupo y no al revés».