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En menos de un mes y cuatro partidos Jorge García logró con creces el objetivo por el que dio el salto del banquillo del filial al del primer equipo: la salvación es un hecho. ¿Cómo?: «Los jugadores han creído en el mensaje desde el primer momento, dije que esa era la primera piedra para poder sacar la situación complicada que vivíamos adelante. Y, en este partido, casi sin presión con la liberación de la victoria en Ávila se ha visto el tipo de competitivo que tiene la plantilla y la idea».
Las matemáticas, además, hacen posible que su equipo se juegue la Copa (aunque sin depender de sí mismo) en la última jornada liguera: «Es algo menor, nos hemos salvado que no es poco. Le quiero dar las gracias a los chicos, a todos, si ellos no hubieran creído no lo habríamos logrado. Esta situación es algo que habría firmado desde el primer momento, sobre todo porque hemos afrontado encuentros muy complicados, con mucha tensión y ante rivales de playoff en su mayoría».
Mencionada la palabra, la pregunta era obligada: ¿con más tiempo el final del curso habría sido otro? «No sé si con más tiempo hubiera habido opciones. Insisto, nos hemos salvado, que no es poco».
Centrado en el choque ante el Langreo, Jorge García puso énfasis en el encuentro que se había «visto»: «Hemos tenido empuje y ese primer gol fue un poco el debe», dijo antes de la pregunta del millón que todo el mundo tiene clara en el entorno (y también en el vestuario) del Salamanca UDS: ¿será el entrenador la temporada que viene? «Yo no soy el que decide. Soy salmantino, del Salamanca UDS y tanto yo como mi cuerpo técnico tenemos ilusión y fuerza para poder empezar el proyecto del curso que viene, pero no es cosa nuestra...».
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