Gran remontada del Salamanca UDS, que por fin vence al Real Ávila en Liga en el Helmántico (2-1)

El Helmántico tuvo la memoria de los cosos taurinos. No se había asomado el equipo para calentar y los aficionados más madrugadores ya estaban tributando a los suyos una ovación de gala, recordándole la gran noche de fútbol vivida el pasado 30 de octubre en este mismo escenario. Los aplausos traían el mensaje implícito de querer ver una imagen sino igual sí lo más parecida posible a aquella. Ese camino del que ya no se quiere separar la parroquia albinegra costó que llegara. Y más por mérito del Real Ávila, que otra cosa. El conjunto de Miguel de la Fuente, que siguió el choque desde la grada de Preferencia, muy pegadito al bombo de su afición, sigue siendo ese equipo costoso, trabado, tan poco agradable para la vista, pero tan efectivo. Y más en este escenario, en el que contaba sus visitas por victorias en Liga.

Por si alguien se había olvidado, Fer Díaz se encargó de recordárselo a todos en apenas un cuarto de hora. En la primera llegada del equipo encarnado. Que fue en tromba: primero vino un remate fortísimo de Alberto Martín, que sacó Casado como pudo, después una choque que pareció penalti y acto seguido el zambombazo del interior del Real Ávila que acabó en la mismísima escuadra. Para cuando el balón besó la red, la defensa albinegra ya había mostrado la bandera blanca… El golpe del tanto en contra dejó sonado al conjunto albinegro. Sin deambular por el campo, sí que dejó que el Ávila hiciera y deshiciera a su antojo. Y no precisamente fútbol. El conjunto encarnado se dedicó a trabar el encuentro con faltas, golpes y el resto de recursos que tiene a su alcance para hacer que el reloj corra a su favor.

La escalada de la tensión por la fricción llegó a su punto culmen en torno a la meda hora de juego, cuando el utilero del Salamanca UDS –José– vio la roja tras tener más que palabras con el banquillo rival. En medio de un griterío ensordecedor, Curro y Cristeto dieron un golpe de estado silencioso. Se adueñaron del balón sin que casi nadie se percatara y, poco a poco, el Salamanca UDS fue ganando en fútbol y en confianza. Y en llegadas al área a través de centros laterales, especialmente por la banda derecha. Un testarazo de Emaná por aquí, otro de Alvarito por allá… Para cuando el crono de Mazo Maruri marcaba el minuto 45, el Salamanca UDS ya estaba a punto de nieve. Los seis minutos que dio de añadido, por las muchas interrupciones, fueron un regalo para el conjunto albinegro. Que se lanzó a por el empate sin cuento. Y así, literalmente, en la última acción del partido Juancho encontró las tablas con un tremendo derechazo desde la frontal que se coló en la meta de De Pablo pegadito a su poste izquierdo.

La jugada salió redonda, aunque un instante antes, Alejandro López pudo haberle dado la puntilla al choque tras clavar el balón en la misma escuadra de Eric Ruiz.

El Ávila no pasó casi por vestuarios. Encajó el tanto con una serenidad sorprendente, pese a que el empate llegara en esos minutos que históricamente se han llamado psicológicos. De la Fuente retiró al autor del gol y metió en su lugar a Adilson y empezó una historia nueva, en la que llegó a encajonar al conjunto albinegro en los primeros compases del segundo acto. Sin embargo, el Salamanca UDS mostró la entereza que le faltó en la primera mitad para aguantar los arreones y esperar su momento. Que pareció llegar superada la hora de juego ya con Caremelo y Ares sobre el terreno de juego. Sin embargo, con estas dos piezas no fue suficiente para darle la vuelta al choque. Tuvo que meter el técnico mexicano a Villajos y Diego Benito al terreno de juego ya con el partido casi cumplido para culminar la remontada. El delantero de Porzuna mandó a la escuadra el único remate entre palos del segundo tiempo en la penúltima acción del choque. Y dio al Salamanca UDS su tercer triunfo seguido de Liga y mandó al conjunto albinegro a puestos de playoff.

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