El futuro de Jorge García en el Salamanca UDS, decidido

Con el 3-1 en el marcador, el estadio Helmántico fue un clamor durante los últimos minutos del choque entre el Salamanca UDS y la UP Langreo: «¡Jorge, quédate; Jorge, ¡quédate!». Y, por una vez, y seguramente sin que sirva de precedente, los cánticos del estadio parece que no caerán en saco roto: Jorge García es la apuesta de los despachos para el banquillo de cara a la próxima temporada. No está firmado, pero sí se asegura como decisión firme.

La salvación, se apunta, era condición sine qua non para confirmar una apuesta que se podía más o menos intuir desde el mismo momento en el que se confió tanto en él, como en el staff con el que dio el salto desde el filial hasta el primer equipo el pasado 8 de abril —Álvaro Boyero, como segundo técnico, y Efraín Gutiérrez a los mandos de la preparación física—. Con ella en el bolsillo de manera matemática a falta de 90 minutos para el final de Liga, no caben las dudas.

Más allá que se considerare de justicia hacerle oferta de renovación al cumplir los objetivos, se tiene más en cuenta la manera en que el joven técnico salmantino (de tan solo 30 años de edad) ha reconducido una situación delicada, con el equipo a tan solo 2 puntos por encima de los puestos de playout y +4 sobre el descenso directo a Tercera RFEF, en un tiempo inverosímil; pero especialmente se ponen en valor las formas, que son las que verdaderamente han acabado de convencer a la entidad blanquinegra para entregarle el proyecto de la próxima temporada en Segunda RFEF, donde ganará peso en la toma de decisiones estival.

Por su parte, él mismo ya había dejado claro este pasado domingo que quería seguir: «Soy salmantino, del club, y tanto mi cuerpo técnico como yo tenemos ilusión y fuerza para poder empezar el proyecto del curso que viene, pero la decisión no es cosa nuestra...». Decidido está

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