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Los jugadores celebrando un gol de partido contra el Sporting B. MORGAN
De la nada al todo en 26 partidos. Resumen de la temporada del Salamanca

De la nada al todo en 26 partidos. Resumen de la temporada del Salamanca

El Salamanca UDS firma una temporada de extremos, salvada con una racha de 12 choques sin perder que le llevan a la 2ª RFEF. Es el primer curso con el balance de goles en positivo (+3)

Martes, 25 de mayo 2021, 21:44

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El Salamanca UDS está abonado a vivir en el alambre en Segunda B: la tercera temporada ha confirmado —y de qué manera— que el conjunto del Helmántico no puede trazar una temporada ‘normal’, o al menos sin sobresaltos. Ni por asomo. El curso empezó como siempre, desde que hace 3 cursos se desembarcara en la categoría: con la nube de tags de la pretemporada llena de palabras como “ascenso” o “Primera RFEF”.

Y después la competición, una vez más, golpeó de pleno al conjunto presidido por Manuel Lovato. Su apuesta por el técnico Sergio Egea (por el que llevaba dos temporadas suspirando) y por jugadores de ‘primera’ al otro lado del Atlántico salió rana. De hecho, parece increíble que efectivos que han sido despedidos por la afición entre ovaciones, entonces parecieran la mitad de la mitad de futbolistas. La inseguridad defensiva abrió un ‘agujero negro’ que acabó convirtiendo al equipo, ya sin él en el vestuario —duró 5 jornadas—, en el peor de los 102 de la categoría: 3 puntos de 24 puestos en juego...

El 3 de enero el Salamanca UDS tomó una decisión clave para ser hoy equipo de Segunda RFEF, como pobre consuelo: la llegada de Lolo Escobar. El entonces desconocido técnico extremeño, con bagaje en Las Rozas y el perfil de preparador joven que funcionaba en otros clubes, desembarcó para reflotar una nave sumida en la deriva más absoluta.

Lo primero que hizo fue levantar la moral de una tropa hundida por los suelos y, después, empezar a perfilar un estilo de juego en sesiones de hora y media, que implantaron un 4-3-3 que ha acabado sabiéndose la afición de memoria. Su llegada fue un acierto, como las de Navas, Juancho, Benítez, Camacho, Ayala y Casado.

Y, de la nada, se pasó al todo. A que la afición pasara de querer que la temporada acabara “cuanto antes” a desear que no llegara a su fin.

Entre medias se sumaron 32 puntos de 54 puestos en juego; es decir un 60% del total, en los que el equipo empezó a tumbar sus propios récords unos detrás de otro: 495 minutos sin encajar gol, doce encuentros seguidos sin perder y el premio final de acabar la temporada con el bagaje de goles a favor y en contra por primera vez en números positivos, +3, cuando los cursos anteriores habían sido -9 y -2; y para rematar, dos goleadas seguidas en el estadio Helmántico con un fútbol atractivo y deletreado de memoria por los Molina, Llorente, Candelas, Arroyo y cía. La duda que flota por el Helmántico nunca se resolverá: ¿qué hubiera pasado con Lolo desde el principio?

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