El baño de oro más esperado por Carmen Álvarez
Carmen Álvarez aterriza en Ciudad Rodrigo con la medalla del Europeo sub19 colgado del cuello: visita al campus del club y paseo por La Pesquera, lo primero que ha hecho
No hay nada más satisfactorio que regresar al hogar familiar con un gran triunfo en la maleta. Así es como Carmen Álvarez, futbolista del Atlético de Madrid, ha regresado a Ciudad Rodrigo después de saborear una gloriosa victoria en el Campeonato Europeo de Sub 19 que se ha disputado en la República Checa. “Esto ha sido la guinda del pastel”, afirma.
Sus padres asistieron a la emocionante final, pero es ahora cuando el resto de su familia puede admirar de cerca la brillante medalla de oro que, asegura, pesa. “Cuando vi a mis tíos y a mis primas, me recibieron con mucha ilusión y con mucho cariño”, admite complacida.
Todos sus méritos en forma de trofeo narran su trayectoria desde la estantería de su domicilio familiar, en la que ya aglutina unos cuantos, pero en la cual, apunta mientras asoma una sonrisa a sus labios, “siempre hay espacio para más”. Y no es que sean pocos los que tiene, porque recuerda que lleva bastante tiempo jugando, desde que empezó en fútbol sala.
“Intenso” es como resume este último año de triunfos y evolución, en el que también ha estado en calidad de cedida en el Eibar, en busca de más minutos de juego, una temporada que culmina con el importante título obtenido en Ostrava el fin de semana. No solo inicia sus vacaciones con el sabor de la victoria, sino con la certeza de “haber hecho un buen papel”.
En muy poco tiempo saldrá la convocatoria para el Mundial Sub 20 que se disputa en Costa Rica, y en el cual espera participar. “Sería un orgullo estar ahí”. Mientras tanto, disfruta de los días libres en época estival, días que pasa en familia en espacios de ocio y baño como La Pesquera, y a los que alcanza su celebridad, como es lógico, y es que resulta reconocible para cualquier mirobrigense que pasea por allí y no duda en darle la enhorabuena. “Es un lugar al que tengo mucho cariño, me recuerda a mi infancia”.
También conserva sus amistades, al igual que la relación con las jugadoras que, al igual que ella, se han trasladado desde Salamanca hasta Madrid. Recuerda a su vez, con la misma nostalgia, sus comienzos en fútbol sala en Miróbriga, buenos tiempos.
Ahora, con la vista puesta en el Sub 20, mira al futuro con optimismo. Los próximos años se le antojan tan satisfactorios como el presente, y tal vez los rituales que ella denomina “manías”, como llamar a su madre por teléfono antes de un partido importante, pisar el campo con el pie derecho al entrar, o besar el tatuaje de su antebrazo en recuerdo a su difunta abuela, estén surtiendo el deseado efecto. “El objetivo es el Mundial y jugar en primera, coger minutos, coger experiencia, y avanzar en el equipo en el que esté”.