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Viernes, 18 de octubre 2024, 10:42
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La quinta edición del raid «Las 1000 dunas» tendrá participación salmantina gracias a la presencia del piloto Francisco Rodríguez. Partió el pasado miércoles desde Béjar con destino a Málaga para después viajar a Melilla y Marruecos y participar en esa competición dentro de la categoría de motos clásicas, instaurada por primera vez en esta edición.
El raid «Las 1000 dunas» es una prueba de orientación en el que se prima la resistencia, la orientación y la estrategia de los pilotos para cumplir el recorrido de 1.600 kilómetros por las dunas del desierto de Marruecos.
Su pasión por las motos le viene desde que tenía 6 años y es ahora con 44 cuando cumplirá un sueño largamente esperado. De hecho, asegura que: «llevo desde pequeñito queriendo ir a Marruecos con la moto. Es el viaje más duro y más en serio que voy a realizar con la moto».
Es la primera vez que competirá de forma profesional en una prueba con experimentados pilotos que aprovechan el raid «Las 1000 dunas» a modo de entrenamiento y lo hará en la recién estrenada categoría de clásicos con una moto comprada en la que ha incorporado mejoras técnicas expresamente para participar en esa prueba.
«Dicen que es el rally de orientación más difícil del mundo al que van a entrenar pilotos que compiten en el Dakar» explica Francisco Rodríguez para añadir que «es una carrera de orientación en el que el piloto tiene que ir pasando por los puntos marcados por la organización». Es más, explica que los pilotos conducen «sin un punto de referencia, solamente mirando la brújula». «Si te desvías medio grado en 20 kilómetros, puedes acabar con cuatro o cinco kilómetros de desviación a un lado o del otro», asegura.
Acude para competir en solitario, aunque dentro de un equipo con otros dos pilotos españoles para ayudarse y darse ánimos unos a otros durante esa semana de competición al más alto nivel y en las peores condiciones.
«La competición empieza este sábado, competiremos durante diez o doce horas diarias y tendremos el resto del tiempo para descansar siempre y cuando no haya averías o complicaciones» explica Francisco Rodríguez, aunque matiza que tiene una meta clara. «Mi objetivo es acabar más que nada por probar que puedo aguantar físicamente y que me resista la mecánica» por lo que entiende esa competición como una prueba que le permitirá probarse a mí mismo y su nivel físico».
Y así, cargado de ilusión e incertidumbre, Francisco Rodríguez emprendió en la tarde del miércoles desde el barrio de Palomares de Béjar el camino hacia Marruecos para cumplir su sueño y probar sus propios límites.
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