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“Que cuando empiece la temporada la gente diga: ¿Pero esto era Würzburg?”. Las palabras de Jorge Recio, presidente de Perfumerías Avenida, se han hecho realidad antes de lo que cualquier aficionado del club perfumero podría imaginar, sin que la maquinaria haya hecho su irrupción en el viejo túnel de vestuarios que sigue revestido de gotelé verde pistacho.
Desde ayer a las 18:48 horas Würzburg seguirá siendo Würzburg, pero no sólo; sino que también Silvia Domínguez. “Pabellón Municipal Würzburg Silvia Domínguez”, es la denominación exacta del recinto de la avenida de San Agustín a partir de ahora.
Este nuevo bautismo para el pabellón al que tantas noches de buen baloncesto brindó, fue una de las grandes sorpresas de la velada con la que la jugadora ya transicionada en mito. Y uno de los momentos donde más se quebró (y hubo muchos) la eterna ‘6’ del conjunto perfumero.
Cuando el letrero —que es el original que llevará ahora el pabellón— cruzó la pista sobre ruedas y cubierto con un gran telón de color cobrizo, a Silvia Domínguez ya no le cabían los ojos en las órbitas. Por inesperado. “¡Muchísimas gracias! Ya lo he dicho, es mi segunda casa. No lo esperaba”, afirmó en medio de un mar de lágrimas de verdadera emoción, que se contagiaron a su familia de manera inmediata.
Cuando entre Carlos García Carbayo, Jorge Recio y Jordi Domínguez, hermano de la jugadora, hicieron caer la tela y se desveló la sorpresa, la reacción del que ya es su pabellón fue inmensa: un ¡uoooo! —a la imagen y semejanza de sus mismas reacciones para con sus grandes acciones en pista— y una ovación explotaron al unísono en señal de aprobación máxima para el gran detalle (“pequeña sorpresa”, lo dio en llamar el alcalde Carlos García Carbayo) de la ciudad donde se forjó, en gran medida, su leyenda. “Creo que es un recuerdo para ella y para todos los salmantinos. Aquí hay una gran referencia del baloncesto femenino y nos queda un gran recuerdo de una excepcional jugadora, que hemos tenido suerte de disfrutar de ella en directo”, afirmó el máximo regidor, antes de desvelar cómo se había forjado la idea de rebautizar el pabellón como “Würzburg Silvia Domínguez”: “Había una demanda social y creo que este era el momento oportuno para hacerlo. A todo el mundo le va a parecer bien y ha sido emocionante para ella, y para la ciudad es un orgullo. Muchas felicidades para Silvia, nosotros lo que hemos hecho es recoger el sentimiento unánime de los salmantinos”, concluyó.
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