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Olga MY
Salamanca
Martes, 24 de diciembre 2024, 18:16
En Castilla y León contamos con una extensa lista de pueblos que ofrecen, tanto a visitantes como a locales, experiencias únicas y parajes espectaculares, generalmente, acompañados de una rica historia.
Por esta razón no resulta extraño que tantos pueblos de nuestra Comunidad Autónoma presuman de haber sido declarados Conjunto Histórico Artístico. Este es el caso de la villa de Medinaceli, situada en la provincia de Soria y que mantiene el encanto de la ciudad medieval que un día fue.
Situamos su origen en un poblado celtíbero primitivo conquistado por los musulmanes, quienes le dieron el nombre de Medina Slim. No es sorprendente que Medinaceli haya sido un lugar clave en la historia de nuestro país por su situación privilegiada, que ha interesado a los distintos poblados moradores de la península, entre otros, a celtíberos, romanos o árabes. Durante la dominación de estos últimos se convirtió en la frontera entre Castilla y Aragón. Desde el siglo XIV fue condado y, posteriormente, ducado.
Entre los monumentos que custodia, encontrarás un imponente arco correspondiente al periodo de la Hispania romana único en España por sus tres vanos, que lo han convertido en Monumento Histórico Artístico Nacional. Muy cerca, podrás ver los restos de lo que fue una de las antiguas calzadas romanas más importantes del momento. Además, hace, aproximadamente, dos mil años, Medinaceli estuvo protegida por murallas, y es que sobre lo que quedaba de la erigida en la época medieval, los árabes construyeron otras. Posteriormente, cuando Medinaceli fue cristianizada, las murallas fueron restauradas.
Si te aventuras a perderte por sus calles y conocer el pueblo en profundidad, te adentrarás en un paseo por el tiempo, plagado de iglesias, mosaicos, conventos, e incluso palacios. Como un testigo pétreo del paso del tiempo, se alza el castillo, reconstruido sobre la primitiva alcazaba árabe, de la que únicamente se conservan las caballerizas subterráneas. En la actualidad cumple la función de cementerio de la villa.
Al pasear por los rincones del pueblo, no puedes perderte la plaza Mayor, que alberga el palacio de los Duques de Medinaceli, construido en el siglo XV y que tuvo como decoración en su capilla un cuadro que representaba la oración de Cristo en el Huerto de los Olivos pintado por el Greco.
Como última recomendación, te aconsejamos visitar la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XVI como una forma de unificar las doce parroquias romanas que había en la entonces ciudad. El Duque solicitó al Vaticano dicha unión.
En su interior, concretamente, en la Capilla Mayor, se puede contemplar una talla de madera policromada del conocido Cristo de Medinaceli, donada por los duques en el siglo XVI.
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