Vacuno, azúcar y vino, entre los sectores que más sufrieron por la pandemia
Un informe realizado por encargo de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo confirma el impacto negativo del virus y la debilidad que presentan ahora
Un informe realizado por encargo de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, relativo al impacto preliminar de la pandemia de Covid-19 en la agricultura comunitaria, subraya ante todo su alto grado de resiliencia. Sin embargo, precisa que ciertos sectores, como los de carne de vacuno, azúcar o vino, se vieron especialmente afectados y han quedado muy debilitados por las restricciones sanitarias.
El sector de carne de vacuno acusó el impacto negativo del cierre de restaurantes. El valor tanto de la producción de la UE como del comercio en el interior de la Unión de estos productos registró un descenso considerable en 2020 en comparación con la media del período 2015-2019 (-6% y -7%, respectivamente). El consumo acusó una importante caída ya que la mejora de la demanda en hogares no compensó el desplome en la restauración, que afectó principalmente a los cortes de mayor valor. En España, aunque el volumen de carne de vacuno producido aumentó el 3,5% en 2020 respecto a la media del citado período, el valor de esa producción cayó el 1,3%. En Francia la caída fue del 14,5%, en Alemania del 17,5% y en Holanda del 20%.
El consumo de azúcar también disminuyó durante la pandemia, lo que derivó en unos niveles de producción más bajos en 2020/21 (un -12% en comparación con la media del período 2015-2019). La bajada de los precios mundiales del azúcar afectó negativamente a las exportaciones a terceros países, contribuyendo así a la caída de su valor (-44 % en comparación con la media del período 2015-2019). En el verano de 2020, el COPA-COGECA daba cuenta de una pérdida de valor del azúcar de 100 euros por tonelada derivada directamente del impacto del Covid-19. Esto implica una pérdida de valor de unos 1.600 millones de euros para el sector europeo de la remolacha azucarera en la campaña 2020/21.
El sector vitivinícola, muy dependiente de la restauración para la venta de vinos de alta calidad, afrontó una situación difícil por el efecto combinado del Covid-19, los conflictos comerciales (los derechos de aduana impuestos por Estados Unidos desde octubre de 2019 en el marco del litigio aeronáutico) y la falta de apoyo financiero adicional por parte de la UE y de los Estados miembros.
Impacto limitado de las medidas de la PAC
El estudio apunta que la UE logró preservar la integridad del mercado único a pesar de las restricciones que se adoptaron para contener la propagación del virus. Por el contrario, las medidas de gestión del mercado introducidas para sectores agroalimentarios específicos (por ejemplo, excepciones a las normas de competencia, ayudas al almacenamiento privado de carnes y de productos lácteos o actuaciones para reducir la oferta de vino) “se aplicaron de forma parcial o incoherente en los Estados miembros y sus efectos en el mercado han sido limitados”.
Por ello, los autores del estudio recomiendan que, de cara a futuras crisis, se investiguen más los motivos por los que esas medidas de gestión han tenido un efecto tan limitado a la hora de ayudar a los sectores afectados. Por otro lado, subrayan el hecho de que no se considerara la puesta en marcha de otros instrumentos, como recurrir a la reserva de crisis agrícola o utilizar el margen de fondos existente entre el presupuesto fijado para el año pasado y el techo establecido para ese año en el marco financiero plurianual. En relación con la reserva (cuya dotación sale de un recorte aplicado a los pagos directos de los agricultores y ganaderos), el informe sugiere que en el futuro se desligue su presupuesto de la ayudas directas.
El informe subraya también que el coste de la crisis generada por el Covid-19 en el sector agroalimentario corrió a cargo de los Estados miembros principalmente. El apoyo financiero nacional, principalmente a través de las ayudas de Estado (estimadas en 63.000 millones de euros) y de otros instrumentos, fue claramente superior al apoyo específico de la UE (80 millones de euros en medidas de gestión de ciertos mercados, como el de carne de vacuno y ovino, productos lácteos y vino).
