Tres camiones y una vaca

El último mercado de ganados que se ha celebrado en Salamanca fue de los que incluso invita a abrir el debate sobre si llegó a existir o no. Se sabía que iba a ser de mínimos y la Diputación de Salamanca siguió con su política de abrir aunque en el momento de las reservas de corrales se viera que había pocas reses. Y pocas hubo: sólo 150. De ellas, 64 terneros, 85 terneras y una vaca, cumpliéndose el refrán de «vísperas de mucho, días de nada». La «víspera», pongamos el lunes anterior a la Semana Santa, hubo 55 vacas en el recinto de la Diputación, el máximo de un año pobre en vacas y en terneros. De esas 55 se pasó a 1 y de un mercado que era el de máxima existencia de momento ese año, con 751 reses, a otro que dejó los peores números.

De los 150 ejemplares que hubo en las naves del recinto de la Diputación de Salamanca, 70 los trajo un único vendedor, un habitual de Toledo. En el camión se llevó las terneras, que al menos no había vendido hasta media mañana porque si era complicado encontrar terneros, más lo era dar con los compradores. Su ganado destacó por la calidad, pero habría destacado también en los anteriores mercados. Compró un salmantino sus terneros y aseguró que el precio no fue diferente al que habría abonado en las últimas semanas por ejemplares de ese nivel. En la Lonja, repetición de precios y por unanimidad, algo que se ha visto muy pocas veces.

En las naves, los pocos tratantes que había, muchos de ellos iban de paseo, deseaban ya el descenso, pero tampoco se vieron sorprendidos porque una semana más se aguantara el precio. Siguen los terneros de «primera» en la Lonja de Salamanca a 6,11 euros/kilo y llegó la advertencia de los ganaderos de que habrá que plantearse subir las terneras de esos 5 euros en los que están en la tablilla. Será el próximo debate porque los tratantes ya mostraron su oposición y los ganaderos no cedieron porque no puede ser, decían, que la mejor ternera de 200 kilos se pague a precio de la Lonja a 1.000 euros y un ternero también de «primera», 222 euros más. Los tratantes no parecían verlo mal.

En la nave exterior, la vaca solitaria, vendida, y que no dejaba que nadie se acercara a la barandilla del corral. Nerviosa. «Esto del mercado está de capa caída», decía un transportista habitual de la ruta Santander, Salamanca y Huesca. Pero sí es habitual que el mercado caiga en asistencia después de la Semana Santa, con tanta fiesta. No lo es que caiga a niveles de mercados de muy primeros de enero, que es lo que pasó ayer. Se esperaba poco, pero no tan poco.

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