Roberto, el joven que levantó una explotación de cerdos desde cero en Valdelosa

Roberto Salvador es a sus 32 años el dueño de una explotación agrícola y ganadera en Valdelosa, que levantó desde cero porque su familia no se dedicaba al campo. Pero a él siempre le gustó. Empezó a estudiar pero no le llenaba y a los 17 años decidió dejarlo y comenzó a trabajar en una explotación de cerdos que había en su municipio. Ahí permaneció durante 10 años y fue entonces cuando, ya con experiencia, decidió montar su propio negocio y convertirse en su jefe. Recuerda que no fue para nada fácil.

Compró tierras en el pueblo para construir naves y comenzó su construcción, que recuerda como «un calvario burocrático». «Son los metros que te piden, las distancias que hay que dejar dentro y también con los caminos exteriores...», recuerda. En su caso, eligió poner a los cerdos cama de paja, lo que un año como el actual, con los precios récord, es otro calvario, pero en este caso económico. «Si no lo hacía así era más complicado por la basura», explica. Ahora tiene unos 900 cerdos en las naves y todas las semanas necesita echarles 12 paquetes de paja de unos 350 kilos cada uno de ellos. «Y al precio al que está...»

Cuando acabó las naves, Roberto tenía muy claro que lo que quería era trabajar con el sistema de integración para evitar riesgos. Así, él pone las instalaciones y la mano de obra y la empresa con la que trabaja le envía lechones con 30 kilos que él debe engordar hasta los 150. Si hay bajas, se las descuentan. Él intenta evitarlas con el cuidado veterinario de los animales, siguiendo todas las pautas por ejemplo de vacunación; con la separación rápida de aquellos ejemplares que advierte que pueden estar enfermos; con el reparto de animales por edades y tamaños; con limpieza y cama de paja limpias; con comida adecuada y agua limpia; con temperatura y ventilación controlada.... Total, que cuando Roberto escucha que hay quejas de animalistas sobre granjas de cerdos, lo que hace es invitarles a ver la suya. «Que vengan y vean cómo están los cerdos», dice. Y en días de invierno cómo están y gracias al sistema automático de apertura de ventanas con placas solares, es a 20 grados.

«No hemos sabido vender esto», se lamenta, refiriéndose a la agricultura y a la ganadería. Y al nuevo año le pide más respeto para los ganaderos y consideración a su trabajo. «Nos tienen como ceros a la izquierda», se queja.

Roberto tiene explotación ganadera y no se plantea volver a trabajar para otros. «Aunque es verdad que es más cómodo: te vas para casa y se acabó, pero aquí también te gusta ver cómo tu trabajo da sus frutos».

No piensa ahora dejar de producir cerdos con el sistema de integración porcino, porque es algo que, de momento, le está funcionando bien, pero sí tiene intención de aumentar la parte agraria de su explotación: ahora cultiva unas 50 hectáreas. «La gente piensa que esto es un trabajo de sol a sol pero si te organizas, tienes tiempo para todo», explica. Y pone en valor además la cantidad de maquinaria que hay ahora y lo modernizado y atractivo que es el campo para un joven que disfrute con las nuevas tecnologías. En Valdelosa tiene el inconveniente de que las tierras son duras y las producciones no son altas.

Roberto es un ejemplo de que el campo es también para jóvenes y que se puede empezar desde cero.