«Nuestro récord fue este año: una cerda tuvo 30 tostones»
Los hermanos salmantinos Carmen y Roberto López tienen una granja dedicada a producirlos y la gestionan en solitario, sin estar integrados
La granja de los hermanos Carmen y Roberto López tiene tres peculiaridades que la hacen diferente a la mayoría de las de porcino que existen en la provincia salmantina: una es que se dedican exclusivamente a la producción de tostones; otra, que son dos personas jóvenes que han garantizado la supervivencia de la explotación que llevaba su padre, que no es nada habitual; y la tercera, que la gestión es suya, sin estar integrados, algo que ya no parece llevarse en este sector. Ellos prefieren mantener su independencia y luego cerrar contratos para la venta de esos tostones que producen en su granja de Poveda de las Cintas.
Los dos ayudaban desde pequeños con la granja familiar, y les gustaba. Luego cada uno se buscó su camino y luego ambos acabaron en ella. Carmen, después de haber estudiado Diseño y no haber visto oportunidades claras para lo que se había preparado. Decidió entonces volcarse en la granja y, ahora, pasado el tiempo, en concreto unos 10 años, no cambiaría ser ganadera por otro trabajo.
El balance que hacen ambos de este tiempo mantienen que es «muy positivo». Tienen ahora unas 200 cerdas, además de cultivar también tierras, y no se plantean reorientar su granja a otras producciones que no sean las de tostones porque le están viendo rentabilidad. Antes sí vendían lechones pero ahora son grandes especialistas en la cría de tostones.
Y es, con estos días de calor, cuando afrontan uno de los momentos más delicados del año en la granja. En gran parte, por el mayor riesgo de aplastamiento por la madre. Los animales, al nacer, buscan el calor y en la explotación tienen sus placas calientes y con luz, lo que les da a ellos mucha tranquilidad en invierno. El problema es que ahora, con temperaturas más altas, los tostones se tumban donde les apetece y existe mayor riesgo de que la madre se eche y quede alguno debajo. Sobre todo si nacen en cantidades altas. De hecho, el récord de tostones por cerda lo han tenido este año: «Una tuvo 30 tostones», cuenta Carmen, que matiza que no todos nacieron vivos. Tampoco vieron el momento porque cuando llegaron fue cuando se encontraron a la cerda, recién parida, con sus crías.
Sí nacieron vivos 27 de una de sus cerdas y fue el año pasado, que era el anterior récord que tenían en la granja. «Pueden parir tostones vivos, muertos o momios (momificados) y luego otras paren 8 y otras, a lo mejor sólo 2, y entonces los repartimos para que todas estén a 12 y así salgan adelante», explica.
Saber el momento del parto es fundamental porque «2 ó 3 días» antes llevan a las cerdas a la sala de partos, para que estén tranquilas. Luego existe el momento crítico al nacer, a veces con la ayuda del ganadero, y el otro, cuando es esencial que mamen calostro cuanto antes. Cuentan que a veces no es fácil la gestión porque los cerdos son animales muy de grupo y no llevan bien la entrada de otros animales en la camada. «Luego son muy nobles», explica la ganadera. Ellos trabajan con genética pietrain, landrace y largewhite.
En cuanto al precio, es ahora cuando han bajado los de 4 a 6 kilos hasta los 43 euros en la Lonja de Salamanca. Llevaban dos años de precios altos y, de hecho, no estaba como ahora desde marzo de 2023. Ahora Roberto y Carmen confían en que remonte con la llegada de bodas y fiestas de los pueblos, como ha sucedido otros años. Están muy tranquilos sobre el futuro del sector, convencidos de que será bueno.
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