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Los ganaderos Sandra Delgado, Rubén Mateos y José Antonio Sánchez.
HISTORIAS DEL CAMPO

«Lo peor de los ataques de lobo es saber que no puedes hacer nada»

Ganaderos que han sufrido bajas de su ganado coinciden en la indefensión que han sentido desde que entró en el listado de especies protegidas: «Ahora se ve una luz al final del túnel»

Susana Magdaleno

Salamanca

Jueves, 15 de mayo 2025, 19:44

Sufrieron ataques de lobo en su ganado y reconocen los tres que es una experiencia que no se la desean a nadie. Ahora, después de que el Parlamento Europeo aprobara la pasada semana la rebaja de la protección del lobo, reconocen que ven algo así como «la luz al final del túnel». Es lo que resalta José Antonio Sánchez, ganadero de Encina de San Silvestre, a quien el lobo mató 50 animales de su rebaño en sólo 8 meses. «Son situaciones muy terribles y penosas», dice. «Lo peor es que no puedes hacer nada. Cada día llegó a atacar 2 ó 3 veces en la zona», explica, «y de día». Fue en mayo de 2024 cuando el lobo empezó a atacar en Encina de San Silvestre, Santa María de Sando y Villaseco de los Gamitos. Acabaron en diciembre de ese año.

En el caso de Rubén Mateos, de Zamayón, los ataques comenzaron en su zona «por San Pedro del año pasado y fui yo el primero», dice. «Luego no paró hasta septiembre. En esta zona mató a algo más de 80 ovejas», señala. «Ahí es la impotencia de no poder hacer nada y saber que te va a a dar. Cada tres días sabíamos que nos iba a tocar a uno», explica. Pide que no exista diferencia entre el sur y el norte del Duero «porque el problema ya lo tenemos y el lobo no está en la misma situación que hace años».

Ahora Rubén reconoce que está tranquilo, «aunque no quita que te vuelva a dar otra vez. Ahora estamos como antes, pero yo antes tenía dos perros y ahora tengo cuatro». En cuanto a la eficacia de los mastines, este ganadero reconoce que todo depende de cómo sea el perro «y tampoco los haces de la noche a la mañana. Hay que esperar a criarlo y como en ese momento coja miedo, olvídalo». En cuanto a si es posible que convivan ganadería extensiva y el lobo, Rubén lo tiene muy claro: «¿Tú convivirías con un ladrón? Es lo mismo. Aquí o desaparece el lobo, o desaparece el ganadero, pero con esa tensión no se puede vivir».

Lo sabe bien Sandra Delgado, ganadera de Almendra, que vivió en 2022 ataques de lobos a su ganado. Ella perdió 20 ovejas y su padre, otras tantas. El lobo atacó entonces a una zona que abarcaba su municipio, Sardón de los Frailes, Villaseco de los Reyes y Monleras, con el desenlace de un centenar de bajas desde enero hasta agosto de 2022. En la zona, los ganaderos comenzaron a introducir perros mastines a partir de los ataques, a comprar cañizas altas, y a poner luces en las parcelas de noche o bombonas para emitir ruido. Ahora, con el paso del tiempo, Sandra recuerda esa etapa como de mucha tensión. Y sobre la que viene ahora, tiene sus dudas: «Aunque hayan rebajado la protección del lobo, va a seguir siempre ahí haciendo daño». Ella es de la idea de que lo que pasaron entonces «es casi mejor no recordarlo». «Cuando tuvimos los ataques de lobo eran constantes y entonces de verdad que te planteas dejarlo. Ves que nadie está haciendo nada y, encima, ves como te queda el rebaño, que queda fatal y sí que piensas en dejarlo».

Hacía tiempo que no había denuncias de ataques de lobos en Salamanca, hasta que llegó ayer la de ASAJA en Carrasco, junto a Vitigudino. El ganadero, que de momento prefiere no identificarse, está convencido de que es el lobo el que mató a nueve de sus ovejas. Ha empezado a buscar ya mastines, pero sabe que pasa un tiempo hasta que aprenden.

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