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Ángela Herrero, con su ganado.
HISTORIAS DE CAMPO

«Ahora todo parece un desierto»

El fuego se llevó 400 hectáreas de terreno de la ganadera Ángela Herrero, 250.000 kilos de forraje y 800.000 de paja. «Ninguno de los incendios del verano tuvo tanta pérdida económica como el de Cipérez», dice

Susana Magdaleno

Salamanca

Jueves, 25 de septiembre 2025, 17:37

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Algo más de un mes después de que el incendio que afectó a Cipérez le quemara 400 hectáreas, 250.000 kilos de forraje y 800.000 de paja , Ángela Herrero lo que tiene son palabras de agradecimiento a todos los que la han ayudado. También de incomprensión.

Esta ganadera de Palacios de Arzobispo dice que no entiende, por ejemplo, cómo se habla tanto de otros incendios del verano cuando «ninguno tuvo tanta pérdida económica como el de Cipérez. Se habla de otras zonas -dice- pero que aquí en sólo dos días se han quemado muchas más hectáreas productivas que en cualquier otra y nadie cuenta la desgracia de montones de familias que se han quedado sin nada». En el incendio de Cipérez se quemaron 10.500 hectáreas destinadas en su gran mayoría a la producción ganadera. «Murieron vacas, ovejas, y nadie valora la producción del terreno, que es ahora inservible. A lo mejor en años se regenera pero ahora... Cada día ves árboles que se secan y que no se van a recuperar. Yo sé que nunca voy a conocer la finca como estaba. Pasas los primeros días con pena, tristeza.... y ahora lo vas aceptando y sabes que tienes que continuar».

Muestra Ángela su agradecimiento a todos los que han ayudado, al regalo de envíos de paja para sus animales que ha recibido: «Nadie tiene necesidad de hacer algo así y lo han hecho. Lo que más estoy es agradecida a toda la ayuda que nos han prestado», añade. También a la de la Junta de Castilla y León, aunque mantiene que para la magnitud de lo vivido es insuficiente. Y lo explica con el ejemplo de los 5.500 euros que, resalta, «ingresaron rápido». Señala que con ese dinero «compras dos camiones de paja y uno de tacos y tiras con eso pero solo un mes», señala la ganadera. Sabe que enviará más ayudas en función de las necesidades.

Del Ministerio de Agricultura, en cambio, no saben nada de ayudas a la zona. «Nadie nos ha dicho que vayan a venir y no lo incluyeron ni entre los grandes incendios. Parece que no lo tienen en cuenta», lamenta.

Ángela tenía pastos para todo el año dándole una ración de pienso a las vacas. «De la noche a la mañana», señala, se ha visto echándoles el doble a las vacas «porque no hay nada». Pone como ejemplo las pruebas de saneamiento que pasaron este lunes los animales: «Siempre les ponemos forraje a discreción y ahora tienes que echarle paja y doble ración de tacos», explica. En su caso, tiene un lote de 150 vacas y otro de 75 en dos zonas de 60 y 80 hectáreas que se libraron del fuego. «Y así tendremos que estar. Vivir, tendrás que vivir, y si no puedes pagar comida para tantos animales, tendrás que quitar ganado», explica como lo último que desearía hacer.

Ahora Ángela pasa los días sacando ratos además para arreglar también las vallas quemadas por el fuego y con animales que ya han recuperado la calma «y se pasan de lo del vecino a lo tuyo, y al revés. Cada día vas arreglando lo que puedes», apunta. En este momento lo que prefieres es no hacer cuentas «y seguir adelante». Y reconoce que psicológicamente es algo difícil de superar. «Sabes que no se te va a olvidar nunca. Lo que tengo que agradecer es a toda la gente que vino de la provincia a ayudar», dice. «Me quedo con todo el apoyo recibido, que ha sido enorme por parte de familia y amigos».

Cree que si hubiera habido medios se habría podido frenar antes el fuego aunque «el día estaba imposible, con 40 grados y pico y el vendaval». Igual que mantiene que si les hubieran dejado limpiar el monte, el daño habría sido menor. «Pides quemar zarceras en invierno, y no te dejan», lamenta. «Ahora todo parece un desierto».

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