«Si no tuviera naves o tractor, a lo mejor no me habría metido a agricultora»
Susana Martín señala que, sin los medios que tenía ya su padre, y aún con ellos, es muy difícil ahora vivir del campo
Susana Martín es agricultora desde hace un año, cuando decidió dar el paso de incorporarse en Villaflores. Ahora, y después de estos meses de experiencia y con los precios actuales de los productos agrícolas, tiene claro que «si no tuviera naves o tractor, a lo mejor debido a lo que hay no me habría metido a agricultora».
Su padre se jubiló y ella lleva ahora la explotación que fue de él y con ese «lo que hay» aclara que se refiere tanto a costes altos como a precios bajos. «El secano está por los suelos. La vida me da que siembro regadío, aunque tiene gastos generales todos los años, la amortización...», explica. Y también problemas para elegir cultivo debido a las pocas alternativas. En su caso, ha sembrado en las casi 48 hectáreas cebada, maíz y patatas, que tiene con contrato. «El maíz lo tengo muy bueno este año, pero el precio está ahí», se lamenta Susana Martín. En la Lonja Agropecuaria de Salamanca cotiza a 225 euros/tonelada, a la espera de fijar el precio de esta campaña una vez que comience la cosecha.
Su tractor es «pequeño», de 110 caballos, pero «vamos tirando, porque no te puedes meter a otro». «Cuando los agricultores vamos a manifestaciones la gente se queja de que los tractores son grandes, pero la gente los necesita porque hacen falta muchas hectáreas para poder vivir de esto». En su caso, con sus circunstancias, está convencida de que es necesario trabajar en otro sitio para compensar costes. Tampoco se plantea ahora aumentar el tamaño de la explotación: «De momento me quedo con lo que tengo porque el día de mañana no se sabe qué va a pasar».