Un mayoral ante la EHE: «Las vacas tienen tanta fiebre que si las achuchas, se embroncan y se arrancan»

Ahora la mayoría utiliza garrochas para inyectar a las vacas en el campo u opta por encerrar a los animales que necesitan antiinflamatorios cada día, pero la práctica reconocen que cada vez es más complicada y que hay reses que llegan al mueco por la debilidad que tienen. A esto se unen los insecticidas con los que intentan proteger a los animales y que tampoco son fáciles de poner en grandes extensiones de terreno como las salmantinas.

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Juli Iglesias, mayoral, con más de 20 años de trabajo en la finca es de los que reconoce que está desesperado ahora mismo. «Las vacas están tan mal y tienen tanta fiebre que a las muy recias cuando las achuchas un poco, se embroncan y se arrancan», cuenta.

Al veterinario se las encierran en el mueco pero si no van allí, Juli se encarga. Va a pie y cuenta su truco: «me tapo con alguna vaca que sea tranquila y así puedo pinchar a la otra», dice. «Otras veces voy desde el coche o como se puede pero lo que no funciona es ir a caballo porque en lo que nos ven se van».

Juli mantiene que la enfermedad está tocando igual a las vacas cruzadas que a las moruchas o a las limusinas.

Se les han muerto vacas en la explotación de Tamames y de los 8 toros que había, uno también murió y a otros cinco tiene que pincharlo. «Hablas con la gente y todo el mundo está igual: las vacas se quedan muy delgadas, abortan, se quedan sin gota de leche, tienes que alimentar a los terneros... y así estamos todos los días».

En cuanto a si ocurre lo mismo en otras comunidades que en Castilla y León y Salamanca, el mayoral lo tiene muy claro: «todo el mundo está igual porque esto es un problema muy gordo y muy serio. Ves que en otros sitios no dicen nada pero hablas luego con amigos de Extremadura y te dicen que están igual: uno llevaba ya 17 terneros y 3 vacas».