Así se mantiene viva la tradición: la siega y trilla de lentejas es cosa casi de dos

La cosecha de lentejas prácticamente ha terminado ya y son ya muy pocos los que esta campaña han mantenido la tradición y han optado por segar y luego trillar, y no por cosechar directamente la lenteja, como hacen ya prácticamente la totalidad de agricultores.

Sin duda, el que más ha llamado la atención ha sido Juan Manuel Fernández, que, además de segar y trillar, continua fiel a la maquinaria que ha usado siempre. Y así ha segado sus lentejas con la zazurca, que utiliza porque siega «con la distancia idónea y el ancho ideal». Apunta a ser el único que utiliza esta maquinaria, que resulta aún más exótica y curiosa de ver al ir enganchada a un tractor que dejó de fabricarse hace ya más de 50 años: un Motransa Nuffied. Zazurca y tractor son para Juan Manuel «la combinación perfecta» y con ellos ha trabajado en la zona de Pedrosillo El Ralo. Si lo hace así es porque la lenteja es delicada y, además, porque segada y trillada le queda el color verde. «Pero con el precio que tiene la lenteja a veces no te dan ganas de andar con esta delicadeza», reconoce.

Pero aún así un año más ha segado y trillado, como también ha hecho Ildefonso Armenteros, de Pajares de la Laguna, él con una cosechadora a la que instala un acople entre el peine de corte y la cosechadora. Si Ildefonso siega y luego trilla es también por tradición, por ese color verdoso de lenteja y también porque al segar, si llueve después, la lenteja queda protegida. Para trillar engancha la máquina al tractor y la lenteja cae a la tolva y, a través de un tubo, se expulsa la paja hacia el remolque. La paja de lenteja, recogida así, es apreciada para la alimentación del ganado.

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